Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/7280

7280 Las condiciones para estipular la filiación divina....

11 de febrero de 1959: Libro 77

A cada uno está permitido el camino sobre la tierra, a cada uno que quiere llegar a obtener la filiación divina, pero no todos lo lograrán, más bien son muy pocos cuyo camino se pasa con éxito para poder irse como hijos auténticos, que el padre puede recibir en Su reino. Porque tienen que cumplirse condiciones, que los hombres podrían cumplir, pero que les costaría demasiada autoconquista, para ser aceptado por todos los hombres. Las condiciones para la obtención de la filiación divina es una vida en caridad que necesita un grado alto, y muy poca gente es capaz de una vida amorosa. Pero no hay nada extraño y Dios no pide una cosa imposible de cumplir por el hombre.... Pero la filiación divina asegura al ser una existencia increíblemente feliz en la proximidad inmediata.... Lo que eso significa no se os puede explicar suficientemente, pero es un destino que promete al ser la felicidad mejor imposible, que una “criatura” divina se convierta en Su “hijo”.... Dios llegó a Su meta, que Él había planificado durante la creación de un número incontable de seres espirituales y que Le proporciona igualmente una felicidad interminable. Pero llegar a esa meta significa tener como base la voluntad libre de cada ser, y por eso hay poca gente en la tierra que intentan obtener seriamente esa meta y se abren al amor por completo durante su estancia en la tierra. Y lo podría lograr cada hombre, porque vivir con amor no es difícil, si el hombre tuviese la voluntad. Pero se tiene que ejercer el amor por sí mismo, no por cálculo, porque lo último no sería amor. Se tiene que encender el amor por dentro y lucir cada vez con más esplendor causado por el amor, entonces el fuego del amor salta a todos a su alrededor.... o también: Quien está empujado por una vez por dentro para trabajar en caridad, cede cada vez más en la unión con el amor eterno, porque cada obra de amor es una unión con el amor eterno y le llena siempre con más fuerza que puede usar otra vez para más caridad. Pero el hombre está ocupado demasiado por un amor propio, y mientras no la vence, es decir, superar a sí mismo, solo quedan intentos, pero nunca el anhelo primordial de cumplir los mandamientos del amor. Pero solamente el principio costará superación, porque a un hombre que ama pronto no puede afectar nada lo que podría darse a sí mismo.... Encuentra mucha más alegría en lo que puede dar al semejante que en el cumplimiento de deseos y codicias propias. Y ese grado hay que lograr para poder obtener consecutivo la filiación divina que pide solamente amor puro y altruista, que antaño le daba felicidad eterna, como selo da el padre al hijo que ama sobre todo. Deberias convertiros todos en hijos de Dios, pero la expectativa de una herencia del padre tienen únicamente Sus hijos, que ya en tierra vuelven a los brazos del padre, que reciben inmediato a la fuerza de su amor y que puede ser inundados de luz por Él que proporciona una felicidad interminable. Solo el camino sobre esta tierra puede traer la filiación de Dios para los espíritus del origen caídos, y también a los otros almas espera igualmente una felicidad en el reino espiritual si se convirtieron en seres luminosos en la tierra o en el más allá, pero el grado de la luz de todos los seres es diferente, y el grado más alto que se puede lograr en el mundo, es el grado de la filiacioń divina, la cual deberíais intentar lograr y que podríais lograr con buena voluntad y unión íntima con Dios y creador, Él que quiere ser vuestro padre.... Porque esa unión íntima os traerá fuerza y superación, y si habéis llegado a ser altruistas por completo, entonces vais a intentar hacer felices a otros y no a vosotros, sino pensar únicamente en los semejantes. Y entonces el grado del amor aumentará y la expectativa de la cercanía a Dios os estará asegurada y que es garantía para estar muy cerca del padre.... Porque el padre pide por Sus hijos a los que quiere preparar una vida eterna con una felicidad interminable....

Amén

Traducido por Bea Gato