Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/7117

7117 Problema de la Trinidad....

11 de mayo de 1958: Libro 76

La Divina Trinidad es uno de los muchos problemas que se han vuelto demasiado difíciles de resolver por una representación completamente errónea. La explicación simple, comprensible para todos los hombres, no es aceptada porque el pensamiento de los hombres se ha confundido con términos incomprensibles para el entendimiento humano, pero precisamente por eso se retienen como inviolables e incluso se prohíbe a las personas pensar en ello.

Sin embargo, este problema será fácilmente comprensible y explicable para toda persona que entienda la “encarnación de Dios” en Jesús, que no busque personificar la esencia de Dios.... que reconozca el “Espíritu que todo lo llena” como “Dios” y para quien sea comprensible, que Deidad inimaginable se manifestó en Jesús para poder ser un Dios visible para los seres creados por Él.... para que estos no hagan que los términos... Padre... Hijo...y Espíritu... ya no puedan ser pensados equivocadamente, porque para ellos solo hay un Ser, Que une Amor, Sabiduría y Fuerza en Sí Mismo....

El amor dio origen a todo y es por tanto el productor, el “padre”.... Y de él también surgió el “hijo”, en quien el padre se manifestó. Pero el hijo también es la “sabiduría”, porque sólo el amor es el fuego del que brilla la “luz” .... El amor y la sabiduría son, por tanto, inseparables el uno del otro, como padre e hijo son uno. Y nuevamente el amor también es fuerza, que sin embargo solo se expresa en la más alta sabiduría. Es el “espíritu” de Dios, Su constante irradiación de amor, que ayuda a todo lo que todavía es imperfecto a su perfección final....

Entonces, solo puede entenderse un ser como Dios Padre, Hijo y Espíritu, un ser cuyo epitome es el amor, la sabiduría y el poder.... El hecho de que este serse manifestó en el hombre en el hombre Jesús no nos da derecho a hacer ahora un segundo ser de la Deidad, Que puede ser invocado por separado.... y luego agregar todavía otro ser como “espíritu” a este doble ser, Que a su vez es invocado por aquellos que no resuelven este problema por sí mismos, sino que simplemente aceptan lo que predican pensadores no iluminados.

Y que esto es el caso demuestra que no es posible para muchos hombres no es posible de invocar al Padre en Jesucristo, que en su mayor parte no pueden comprender que Dios Mismo sólo puede ser alcanzado por ellos en Jesucristo, que el triple, diferente llamado sólo llega a un oído que la Deidad eterna no se puede dividir, que se acercó en Jesucristo a los hombres que no eran capaces de captar el eterno y omnipresente “Espíritu que todo lo llena”.

Los términos: Padre, Hijo y Espíritu causan que vosotros los humanos, que todavía estáis sin despertar el espíritu, sigáis dando a vuestros pensamientos y oraciones diferentes direcciones.... Invocáis a Dios Padre, invocáis a Jesús y también invocáis al Espíritu que venga a vosotros.... Pero solo orarais correctamente cuando estos *tres* se hayan convertido en un concepto para vosotros, cuando solo invocáis a un ser, Que en Sí une el Amor.... El Padre, la Sabiduría.... El Hijo, y el Poder.... El Espíritu, y sólo entonces habréis resuelto correctamente el problema de la Trinidad de Dios....

Porque, aunque la enseñanza sobre la “deidad tripersonal” se ha ampliada con la adición: Estos tres son uno.... por lo que esta doctrina es un gran engaño a los hombres que tiene su efecto en más puntos de vista erróneos. Porque precisamente en eso de llamar a Dios en Jesucristo yace una fuerza excesivamente grande, que vais a perder, que vivíais todavía bajo ideas falsas y sois incapaces de separaos de ellas. Un pensamiento serio en ello probablemente sería de gran utilidad para vosotros y de vuestro conocimiento, pero no lo hacéis porque os habéis convertido en esclavo, pero donde Dios os ha regalado plena libertad....

Pero vosotros debéis usar esta libertad espiritual vuestra y Dios Mismo realmente os ayudará que se aclare vuestro pensamiento, porque Él Mismo es la Luz, y también quiere dar luz a todos los que anhelan la luz....

Amén

Traducido por Hans-Dieter Heise