Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/6953

6953 La lucha espiritual por la voluntad del ser humano....

23 de octubre de 1957: Libro 74

Sólo quien se ha decidido por Dios, también seguirá el camino que lleca a Él. En primer lugar se requiere la voluntad de reunificarse con el Ser Supremo, incluso si el ser humano no sabe nada de su antigua apostasía de Él. Pero en cuanto conoce y reconoce un Dios y Creador sobre sí mismo, y se siente atraído hacia Él, su voluntad regresa a Aquel de Quien una vez se apartó por el libre albedrío. Y entonces el ser humano recibirá la fuerza para ascender. Pero nadie recorrerá este camino a menos que este giro a Dios aún no se ha realizado plenamente a través de su voluntad. Pues el camino hacia Él exige auto sacrificio; exige un trabajo interior consciente, que nadie emprende sobre sí mismo mientras no se esfuerce por lograr un objetivo.

Porque hay una cosa que necesita ser explicada, que el ser humano seguirá perteneciendo al adversario de Dios, mientras su voluntad no se ha decidido aún en favor de Dios. Y el adversario nunca lo tolerará que el ser humano se dedique a un trabajo del alma que contradice a su verdadera naturaleza, y siempre ejercerá su influencia para formar pensamientos y acciones egoístas mientras esté bajo su control. Pero Dios ayuda a todo ser humano cuya mirada o pensamiento se dirige a Él, para que su voluntad se active y se decida por Él. Entonces podrá recibir fuerza continuamente, y su ascensión estará asegurada. Porque Dios nunca abandona a un ser humano en manos de su adversario que se ha decidido por Él.

Antes de esto, sin embargo, el ser humano no solo está expuesto a la influencia del adversario de Dios, sino también se influye en sus pensamientos por parte del reino de la luz. Se libra una lucha silenciosa por lo voluntad del ser humano; el adversario de Dios dirige el pensamiento del ser humano hacia el mundo, mientras que los seres de luz buscan guiar sus pensamientos hacia el mundo espiritual e intervienen decisivamente en su vida para apoyar sus esfuerzos. Sin embargo, ninguna de la partes recurre a la coerción, por lo que esta lucha a menudo puede durar mucho tiempo antes de decidirse a favor de un Señor u del otro.

Cada ser humano se ocupa a veces con pensamientos que se encuentran fuera del ámbito terrenal, pero no cada uno persiste en ellos por mucho tiempo. A menudo, se resiste a tales pensamientos y regresa rápidamente al reino del mundo terrenal, material. Y este mundo ha sido conquistado por el adversario de Dios, su influencia era más fuerte que la de los seres de luz, quienes, sin embargo, no se dan por vencidos e intentan repetidamente ejercer mayor influencia sobre él. Sin embargo, para algunos humanos, los pensamientos del mundo espiritual nunca los abandonan; siguen regresando, incluso cuando el mundo los mantiene cautivos temporalmente. Estos son los seres humanos que sienten que pertenecen a un Ser Superior y desean establecer una conexión con Él, pero aún no han encontrado un contacto verdadero y, por lo tanto, aún no han declarado abiertamente su voluntad a Dios.

Los seres de luz no obran en vano en ellos, y también logran que los seres humanos mismos envíen pensamientos cuestionadores al infinito, para que ahora sean captados por el Espíritu, Que llena todo el infinito, Quien entonces ya no los deja, sino que los sigue guiando hasta que se conecten conscientemente con Él, hasta que su voluntad solo se esfuerza por lograr el objetivo por el que caminan en esta Tierra. Cada pensamiento de búsqueda y cuestionador ya es una orientación de la voluntad hacia Dios, que los seres de luz perciben y ahora es apoyado de cualquier manera. Y lo que no se puede lograr de inmediato, también puede tener éxito una vez, mientras el ser humano aún está indeciso, es decir, que aún no se haya entregado por completo al adversario, de modo que éste ahogue todo pensamiento incipiente....

La lucha por las almas dura hasta la muerte física de un ser humano, a menos que éste ya se haya decidido antes por Dios, porque Dios no abandona a ninguna alma mientras viva en la Tierra como ser humano. Pero el adversario tampoco descansa, acosando a las almas que ya se han entregado voluntariamente a Dios; sólo que sus esfuerzos serán en vano, porque el ser humano ya no es impotente y puede resistir, porque Dios Mismo ayuda a cada ser humano que ha encontrado el camino hacia Él....

amén

Traducido por Hans-Dieter Heise