Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/6935
6935 A los que aman a Dios....
5 de octubre de 1957: Libro 74
Para quienes aman a Dios, todo les saldrá para su bien. Pues Dios cuida especialmente de ellos, y si están destinados al sufrimiento, la tristeza o duros golpes del destino, Él usa estos medios solo para ayudar a sus almas a perfeccionarse. Y vosotros, los humanos, a menudo experimentaréis que precisamente aquellos seres humanos que se esfuerzan por llevar una vida que agrada a Dios son golpeados por la desgracia, y vosotros no podréis comprenderlo por qué deben sufrir y atormentarse tanto en la Tierra.... Pero vosotros tampoco conocéis el glorioso destino de aquellos después de su muerte.
“Lo que ningún ojo humano jamás haya visto y ningún oído humano jamás haya oído, lo he preparado para aquellos que Me aman....” Y para esta bienaventuranza, Dios quiere preparar el alma que le entrega su amor en la Tierra. Pues para entrar en la gloria eterna, el alma debe haber alcanzado cierto grado de madurez, es decir, tiene que ser pura y clara, tiene que haber desechado todas las impurezas que la impiden entrar en ese reino de gloria.
Solo muy rara vez un alma es tan perfecta que cualquier sufrimiento, cualquier medio de purificación, sea innecesario. Su profunda devoción a Dios y su amor por Él a menudo son recompensados por Él de una manera que vosotros, los humanos en la Tierra, no podéis comprender, al ayudar a través del sufrimiento y la necesidad donde el ser humano aún es demasiado débil. Pero en esto todos los afligidos de sufrimiento deberían reconocer un consuelo; que todo les conviene, siempre que “amen a Dios”. Y demuestran su amor a Dios a través de la humilde devoción a Él, a través de su voluntad de vivir con rectitud u justicia, y mediante del cumplimiento del mandamiento del amor al prójimo que también incluye el cumplimiento del amor a Dios.
Quien ama al prójimo como a sí mismo también mantiene una relación correcta con Dios, pues la fuerza de amor que actúa en él es la irradiación de Dios, que solo puede conmoverlo, porque ama a Dios. Por lo tanto, ningún sufrimiento le debería desanimar al ser humano que ya se ha entregado a Dios a través de su libre albedrío. Siempre debería verlo solo como una prueba del amor de Dios, Quien quiere ayudarlo a madurar todavía plenamente durante su breve vida terrenal, para que entonces también pueda bendecirlo de una manera inimaginable.
Y no dejéis que el peso de un golpe del destino os deprime ni os haga vacilar en la fe.... Porque incluso entonces, el amor y la sabiduría de Dios han sido decisivos, Él que sabe bien lo que aún os hace falta a cada uno, Que no hace ni permite que nada suceda arbitrariamente, sino que siempre sigue un plan que un día se presentará claramente ante vosotros cuando hayáis completado con éxito vuestra vida terrenal.
No debéis comparar el método de acción de Dios con el de un ser humano, pues aunque un ser humano sea bueno, todavía le falta la sabiduría suprema que determina todo lo que Dios permite que venga sobre él, una sabiduría basada únicamente en el amor de Dios. Y así Dios también reconoce el impacto que cualquier experiencia de un ser humano puede tener y busca lograr este impacto.... y con seguridad aumentará el estado de madurez del alma que Dios ama....
La vida terrenal sólo es corta, y a vosotros los humanos ya no os queda mucho tiempo para poder dejar la Tierra en un estado tan madurados que podáis ser colmados de glorias inconmensurables.... (05.10.1957) Y en vista de esto, Dios Mismo os ayuda creando oportunidades para vosotros en este corto tiempo en el que debéis y podéis probaros a vosotros mismos si aceptáis todo con devoción.... siempre en la creencia de que Dios sólo permite que os sobrevenga lo que es beneficioso para vosotros.
No debéis discutir ni murmurar, no debéis dudar de Su amor. Vuestro amor por Él debe permanecer constante mientras os sometéis a todo lo que recibís de la mano del Padre. Porque, sea Su voluntad o simplemente Su permiso.... siempre será beneficioso para la salvación de vuestras almas mientras permanezcáis entregados a Él con amor. De lo contrario, Sus Palabras carecerían de validez: “Ningún ojo humano ha visto jamás, ni ningún oído humano ha escuchado jamás, lo que Yo he preparado para los que Me aman....”. Su amor os asegura el cumplimiento de Su promesa, y si tenéis esta fe segura y firme, entonces también podéis soportarlo todo con facilidad, todo perderá su significado y su dureza, aunque al principio parezca tan difícil de soportar....
amén
Traducido por Hans-Dieter Heise