Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/6816
6816 Vida y muerte.... Abuso de la fuerza vital....
27 de abril de 1957: Libro 73
Solo la vida puede traeros felicidad, pero la muerte siempre será un estado de agonía para vosotros, ya que por “vida y muerte” no se entiende la vida física y su fin, sino el estado en el que se encuentra vuestra alma ya en la Tierra y entonces seguramente en el reino espiritual.... que, por lo tanto, puede llamarse “vida” o “muerte”, dependiendo del estado o la madurez en que se encuentre el alma.... La vida es un estado de actividad, en plena posesión de fuerza y luz.... La muerte, en cambio, es una permanencia en la inactividad, porque el alma carece de toda fuerza, pero aun así percibe su estado como un tormento, así como una “vida” hace feliz al alma, y su felicidad aumenta, cuanto más activa es.
Solo después de la muerte física seréis consciente de la vida verdadera y la muerte real, cuando recibáis fuerza ilimitada o descubráis con horror que carecéis de toda la fuerza que antes podíais usar todavía como fuerza vital. Solo entonces sabréis lo significativo que es o ha sido la vida terrenal como seres humanos para cada alma, y seréis felices o sentiréis un profundo arrepentimiento, según la forma en que hayáis vivido vuestra vida terrenal, que os ha llevado a vuestro estado actual. Pero fuisteis creados para la vida y aunque hayáis entrado en el estado de muerte, los esfuerzos de Dios por devolveros la vida nunca cesan, porque Él desea que entréis en el estado de felicidad que originalmente era vuestro.
Él Mismo es la vida, Él es fuerza y luz, obrando en constante actividad, y nada muerto podría existir junto a Él si Su fuerza y luz irradiaran a través de ello.... Pero lo muerto también surgió una vez de Él como un ser vivo y, por lo tanto, podía decidir libremente sobre sí mismo y, por lo tanto también podía rechazar la fuerza que lo vivificaba y caer en el estado de muerte sin que Dios lo impidiera. Pero ahora tampoco puede permanecer cerca de la “Vida Eterna”, se ha aislado completamente de la fuente de fuerza y, por lo tanto, se ha privado a sí mismo de la vida.
Sin embargo, la Vida Eterna Misma busca constantemente acceso a lo muerto para infundirle vida también, para que pueda volver a estar activo para su propia felicidad, pues en el estado de muerte está condenado a la inactividad. Como ser humano en la Tierra se le suministra temporalmente la fuerza vital, que, sin embargo, pero esta no es comparable con la fuerza que hace feliz al ser en el reino espiritual.... No obstante, el uso adecuado de la fuerza vital también permite al alma alcanzar la fuerza espiritual que garantiza la vida verdadera y, por lo tanto, brinda una dicha inimaginable.
La fuerza vital de la que dispone el ser humano es, por tanto, un don de la gracia que no se puede valorar lo suficiente, pues es el medio para adquirir es fuerza espiritual que entonces garantiza la vida eterna, un estado en el que el ser puede actuar según su propia voluntad, donde, sin embargo, utiliza su fuerza en la voluntad de Dios, donde puede morar en Su presencia porque ahora está constantemente irradiado por el poder del amor de Dios....
Pero si el ser humano abusa de esta fuerza vital que le ha sido dada, utilizándola sólo para fines terrenales, el alma aún muerta tampoco vuelve a la vida, y cuando se va de esta Tierra, cuando le quitan nuevamente la fuerza vital, cae en un estado de completa falta de vida e impotencia, y permanece allí durante períodos de tiempo infinitamente largos porque no puede ser despertada a la vida por la fuerza y, por lo tanto, su libre albedrío también determina la duración de la muerte.
Y, sin embargo, Dios no la abandona a su suerte, sino que reúne repetidamente a estas almas muertas con las vivas.... o también, todo lo que vive está en constante actividad para dar vida incluso a lo muerto, y este estado angustioso incluso aún impulsa repetidamente a las almas aisladas a dejarse irradiar por el poder del amor de Dios, que esas almas que quieren ayudar transmiten hacia lo muerto. Pero solo la vida significa bienaventuranza, y la vida requiere fuerza y luz.... Y para que lo muerto vuelve a la vida, entonces tiene que recibir fuerza y luz, y tiene que aceptarla por voluntad propia; de lo contrario, son y seguirán siendo infelices hasta que ceda en su resistencia....
amén
Traducido por Hans-Dieter Heise