Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/6747

6747 Agua fertilizante de vida.... Poción de vida....

26 de enero de 1957: Libro 72

Continuad llevando siempre lo que recibís de Mí. Es el agua de vida que tiene que fluir alrededor de todos los seres humanos; es el pozo del que todos deben beber para obtener la fuerza interior y exterior que necesitan para su vida terrenal.

El mundo espiritual está en constante contacto con el mundo terrenal, y una y otra vez, la fuerza fluye desde la fuente primordial hacia vosotros, los humanos, pero no puede ser transmitida directamente a cada ser humano si aún no se ha preparado como un recipiente adecuado.... Sin embargo, Mi Palabra puede ser transmitida directamente a un ser humano, quien entonces tiene la tarea de transmitirla a sus semejantes. Y repetidamente encargo esta tarea a los Míos, a quienes, que Me pueden escuchar a Mí Mismo, para que también recuerden a quienes quedarían sin fuerza si Mi Palabra les fuera negada....

La corriente de Mi amor debe ser dirigida a todas partes donde aún haya tierra estéril, donde Mi agua de amor debe fluir primero para fertilizarla. Cada vez más tierra que antes estaba estéril podrá ser transformada en suelo fértil, y finalmente podré traer cosechas cada vez más abundantes a los graneros.... Cada vez más seres humanos se dirigirán hacia Mí por voluntad propia una vez que hayan bebido del agua de la vida y a través de esto recibieron la fuerza para vivir conforme a Mi voluntad en la Tierra.

Y la fuente no se secará, sino que Mi amor y sabiduría guiarán la corriente de gracia hacia donde es deseada, donde las almas hambrientas y sedientas anhelan refrigerio, pues Yo sé quién desea ser alimentado y bebido por Mí. Y quienquiera que se haya refrescado una vez con lo que le ofrecí también se lo hará saber a sus semejantes y les mostrará la fuente de la vida, y él mismo les ofrecerá la copa para ofrecerles una prueba de muestra.

Pero tendrá poco éxito con aquellos que ya han recibido alimento y bebida en otro lugar, y a ellos sólo podrá aconsejarles que se abstengan de ese alimento y vayan a la fuente correcta.... de sacar del agua que los eleva a la vida, que ahora en adelante jamás perderán.... Sólo unos pocos seres humanos buscan esta fuente; tienen miedo del camino que conduce hacia allí, porque requiere auto-superación y un cierto trabajo del alma que sólo unos pocos están dispuestos a emprender, pero quienes entonces pueden recibir lo más hermoso: ser abordados por Mí Mismo, que se les ofrece la poción de vida directamente de Mis manos, que los compensa por todo su trabajo y superación anteriores.

Y como sólo unos pocos recorren este camino directo hacia Mí, pero todo ser humano necesita agua viva, los primeros van a su encuentro y les transmiten la corriente de vida.... Quienes reciben Mi Palabra siguen transmitiendo esta Palabra Mía, y así, quienes no rechazan lo que se les ofrece, también pueden recibir estos dones de gracia. Ellos también sentirán la fuerza de Mi Palabra si están dispuestos a escucharla, y también despertarán a la vida, porque Mi Palabra tiene este efecto vivificador si no encuentra resistencia.

Mis dones son demasiado valiosos para desaprovecharlos.... y ningún receptor de Mi Palabra se conformará con recibirla sola para sí mismo, porque la fuerza que ahora fluye hacia él también quiere expresarse, y siempre impulsará a trabajar diligentemente para Mí y para Mi Reino. El ser humano reconocerá la tarea de su vida difundiendo Mi Palabra y hallará su propia felicidad al permitir que sus semejantes compartan lo que Mi amor y gracia les otorgan.... Y solo así es posible transmitirles la verdad pura, que solo conduce a la vida.

Por eso hago un llamado a todos Mis hijos en la Tierra que escuchan la voz del Padre a transmitir el bien espiritual que también los hace felices a ellos.... Les encargo repetidamente que salgan al mundo a proclamar Mi Evangelio.... Porque la corriente de gracia, que fluye con fuerza especial en los últimos tiempos, se dirigirá a donde aún hay tierra desolada y estéril.... la corriente debe derramarse en todos los corazones humanos, para que cobren vida, para que la fuerza de Mi Palabra despierte a la vida a todos los que aún están muertos en espíritu....

amén

Traducido por Hans-Dieter Heise