Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/6653

6653 Proclamadores de la Palabra llamado por Dios....

26 de septiembre de 1956: Libro 71

Es verdaderamente una tarea de bendición de predicar el Evangelio, que tiene su partida de Mi Mismo. porque la gente sufre de escasez porque rara vez se les presenta la verdad pura, porque Yo Mismo ya no puedo dirigirme a la gente mientras no haya elegido al predicador de Mi Palabra para este cargo.... si él mismo se ha adjudicado este cargo, sin haber sido llamado por Mí para hacerlo.

La proclamación de Mi Evangelio, la divina enseñanza del amor, es inevitablemente necesaria para la humanidad porque debe conocer Mi voluntad para vivir de acuerdo con ella en la tierra. Por eso bendeciré a cada uno que se ponga a Mi disposición y enseñe a sus semejantes en Mi nombre. Pero primero tiene que saber de Mi voluntad o tiene que ser tal que Yo Mismo pueda dirigirme a las personas a través de él a quienes quiere proclamar Mi Palabra. No puedo usarlo para este cargo si quiere difundir su propio conocimiento, que se ha adquirido a través del estudio y de lo que cree que es la verdad....

Antes de asumir el cargo, el mismo primero debe conectarse con Él, Quien quiere proclamar....

Antes debe aceptar como sirviente legítimo en Mi viñedo las órdenes de su amo.... Tiene que escuchar las instrucciones de Él Mismo, para ser aceptado de Él como sirviente y ser encargado con una tarea. Si se trata de asuntos terrenales, para vosotros, los humanos, este es un proceso natural en el que cada subordinado recibe instrucciones de su superior.... Pero al predicar Mi Evangelio a menudo os sentís satisfechos con lo que el prójimo os somete, pero no vais a pedirle al Señor real por Sus instrucciones....

Vosotros mismos os eleváis a un puesto que no os he asignado, os llamáis “representantes de Dios” o “siervos de Dios” y muchas veces vosotros mismos no estáis en contacto directo Conmigo. Y los que sufren son aquellos a quienes queréis proclamar Mi Palabra, pero que, por lo tanto, carecen de fuerza porque Yo Mismo no puedo hablarles a través de vosotros, por lo que no escuchan Mi Palabra, sino vuestras propias palabras que por lo tanto carecen de todo efecto de fuerza, si los oyentes mismos no se conectan Conmigo tan estrechamente que ellos entonces escuchan Mi Voz en vuestras palabras. Pero es por eso que bendigo a aquellos a quienes pude llamar a una actividad de enseñanza por su propia voluntad, porque nunca pronunciarán algo propio, sino que siempre Me dejarán que hable Yo a través de ellos, y si ahora Me dirijo así a los hombres, recibirán fuerza y luz de manera notable.

La angustia en la que se encuentra la humanidad porque hay muy pocos representantes reales activos, esto podéis reconocer vosotros mismos por la falta de fe que se ha apoderado de los hombres porque esas palabras no penetran, porque no tienen un efecto en los oyentes, porque sus predicadores no fueron llamados por Mí, sino que solo crearon una profesión para sí mismos, un empleo mundano bajo una cubierta espiritual....

Los proclamadores de Mi Evangelio llamados por Mí Mismo nunca usarán palabras vacías, sino que siempre hablarán con vivacidad, llenos de persuasión y celo, Me representarán a Mí y a Mi nombre y siempre solo proclamarán la verdad, que volverá a convencer cuando el oyente anhele Mi Palabra. Y esa predicación viva tendrá éxito; los oyentes dejarán que las palabras penetren en sus corazones y tratarán de convertirse también en hacedores de la Palabra, (26.09.1956) porque Yo mismo Me dirijo a ellos y Mi discurso realmente tiene otro efecto, que sólo palabras que carecen de espíritu y vida, aunque se supone que deben reproducir lo que Yo mismo prediqué en la tierra.

Sólo cuando Mis representantes en la tierra hagan posible que Yo pueda hablar a través de ellos, se anotará un éxito en los hombres. Pero hay mucho más proclamadores vacíos que aquellos que están vivos y predican en Mi Espíritu. Pero solo estos últimos pueden conseguir que las personas despierten y cobren vida, porque solo a través de eso puede obrar Mi fuerza espiritual, que es el despertar a la vida, que hace que los muertos resuciten.... Y bendeciré a aquellos tan pronto como están actuando para Mí y Mi reino....

Amén

Traducido por Hans-Dieter Heise