Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/6558
6558 Humildad.... Verdad.... Arrogancia.... Error....
30 de mayo de 1956: Libro 70
Todo ser humano se cree andando por el camino correcto, y esta creencia se fortalece cuanto más alejado está el ser humano de Mí. Pues quienes ya se han acercado a Mí están llenos de humildad, y siempre se sentirá imperfecto y jamás creerá vivir su vida plenamente conforme a Mi voluntad.... Nunca estará satisfecho consigo mismo y, por lo tanto, luchará constantemente por la perfección. Pero si cada ser humano fuera consciente de su imperfección, también tendría que admitir que su camino aún podría ser erróneo.... Entonces no pasaría por la vida terrenal tan convencido de estar en el camino correcto.
Sin embargo, la mayoría de los humanos sufren de arrogancia; la humildad les es ajena. Y su mente arrogante se expresa en su renuncia de no querer aceptar enseñanzas, consejos y guía, pero se consideran justificados al intentar convertir a otros a sus puntos de vista. Sólo quienes han alcanzado la humildad acuden a Mí y Me piden instrucción y ayuda.... algo que los demás no hacen porque creen que no necesitan ayuda ni enseñanzas y no están plenamente convencidos de Mi existencia. Pues creer en Mí como un Ser supremamente perfecto les haría conscientes de la enorme distancia que los separa de este Ser....
Pero la incredulidad y la arrogancia son las características de aquello que los domina. Y éste los lleva deliberadamente por el camino equivocado, y ellos le siguen de buena gana porque comparten el mismo espíritu.
Sin embargo, también hay seres humanos que Me buscan en caminos falsos.... que no andan por el camino de la verdad, pero que creen que lo hacen. A ellos también les falta la humildad para confiarse a un guía que los lleva con seguridad a su destino.... Ellos tampoco toman el camino correcto hacia Mí, pidiéndome a Mí Mismo por Mi guía, sino que siguen ciegamente a quienes van delante de ellos, quienes mismos no han caminado con humildad y, por lo tanto, Yo no he podido instruirlos adecuadamente, a dónde tienen que ir....
Éstos por tanto, deben ser considerados sólo como seguidores que ni siquiera se preguntan si están siendo guiados correctamente por sus líderes, y que, después de tal pregunta, se dirigen a Mí Mismo por una respuesta.... Ningún ser humano que no sea incrédula debe dejar de hacer esto.... cada uno de ellos debe invocar Mi liderazgo, pero no pensar sin andar y confiar en líderes que son completamente inadecuados para este oficio.
Mientras un ser humano crea que está en el camino correcto sin haberse entregado primero a Mí y a Mi guía, está siendo guiado por Mi adversario.... y su lealtad siempre es claramente reconocible por la arrogancia que caracteriza a esos humanos, que no se abren a una aclaración amorosa, que creen que no tienen necesidad de instrucciones y que se contentan con dichos y dogmas vacías que, cuando se examinan seriamente, carecen de sabiduría.
Pero la humildad se dirige hacia Mí; el ser humano humilde reconoce y confiesa su estado deficiente, que quisiera remediar, pero se siente demasiado débil para hacerlo sin Mi ayuda.... Y así Yo puedo considerar a este ser humano según su fe, puedo distribuirle lo que le falta y guiarlo porque se deja guiar sin resistencia.... Y seguramente logrará el objetivo, porque a través de su humildad ya ha demostrado que se ha liberado de aquello cuya naturaleza es la arrogancia.... Su humildad le ha permitido refugiarse en Mi corazón, y Yo ahora también Me cuidaré de él hasta que haya logrado su objetivo....
amén
Traducido por Hans-Dieter Heise