Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/6492

6492 Devolver la vida a lo muerto....

5 de marzo de 1956: Libro 69

Hace mucho tiempo ya que estoy cortejando por el amor de Mis criaturas que una vez se apartaron de Mí, y aún pasará un tiempo interminable hasta que haya recuperado el amor de todos, hasta que todos estén unidos Conmigo en la bienaventuranza, hasta que Yo haya logrado Mi objetivo: poder crear y obrar con seres completamente divinizados en el infinito. Pero Mi oponente aún sigue oponiéndome resistencia durante el mismo tiempo, porque él no renuncia voluntariamente a la resistencia, sino que sigue luchando cada vez más furiosamente por los seres que amenazan con perderse para él.

Pero esta resistencia constante es al mismo tiempo también generación de fuerza.... Porque la nueva vida surge constantemente de la fuerza que fluye de Mí, y donde surge la vida, algo espiritual ya ha sido arrebatado de la muerte, y Mi oponente es impotente frente a esta vida. Porque la lucha entre él y Yo consiste en hacer resucitar lo que su voluntad hizo morir, lo que su voluntad privó de la vida. Y Mi voluntad no dejará de devolver la vida a lo muerto. Y tengo a Mi disposición una fuerza que nunca se agota, mientras que Mi oponente pierde fuerza con cada reavivamiento a la vida.

Por eso quiero llevar lo que una vez fluyó de Mí como algo esencial a su verdadero propósito, para que esté constantemente activo en el sentido positivo: obrar en amor y bienaventuranza inexpresable.... Porque Mi oponente había opuesto sus planes a este propósito original; quería impedirle cualquier actividad conforme a Mi voluntad, quería que le sirviera a él, que trabajara en mi oposición para debilitarme a Mí.... Y así hizo que este esencial rechazara Mi fuerza de amor que fluye de Mí hacia ello....

Y a través de su plan se hizo culpable de provocar que ese esencial sucumbiera a la muerte porque rechazó la fuerza vivificante. Y la lucha entre él y Yo es sólo para despertar a la vida a ese ser esencial muerto, lo cual él quiere evitar, ya que cada vida recién despertada es su perdida segura. Pero pasarán eternidades hasta que todo lo muerto vuelva a vivir.... Y la lucha entre él y Yo, entre la luz y las tinieblas, entre el bien y el mal, se librará por eternidades....

Pero un día será derrotado y también volverá a la vida. Pero mientras la lucha continua, mientras todavía queda una sola alma en su poder, no ceja en su resistencia, porque en su delirio cree que aún es poderoso.... Porque su caída a las profundidades le ha dado la mayor oscuridad, su caída le ha privado de toda luz, y esta oscuridad suya siempre le hace pensar y actuar mal.... No se le puede dar ninguna luz, porque sólo reforzaría su resistencia, profundiza su odio, y por eso huye de la luz, porque le causa tormento.

Tenéis que saber todo esto para comprender la distancia infinita que existe entre este ser primario caído y Yo y por qué un regreso prematuro a Mí es imposible.... pero sólo es imposible porque su voluntad es dura e inflexible, porque él mismo, a pesar de su existencia está completamente desprovisto de vida.... porque la vida requiere la fuerza del amor, del que carece por completo y que no deja llegar hasta él en la más violenta defensa. Por eso también hay que arrebatarle cada ser, nunca lo entregaría voluntariamente, ningún amor podrá debilitar su resistencia, porque siempre debéis recordar que el amor es divino y que Mi oponente se opone a todo lo divino, precisamente porque él es Mi enemigo quien cree que puede derrotarme.

Es necesario conocer esta línea de pensamiento engañosa para entonces comprender por qué no puede haber un regreso prematuro y tampoco una renuncia de su resistencia contra Mí y por qué ahora se deben usar todas las fuerzas para devolver al estado de vida a lo muerto que murió por su culpa.... que requiere eternidades y por lo tanto no se puede hablar de un cambio de voluntad por parte de Mi oponente por eternidades.... Sólo cuando todo lo espiritual haya cobrado vida y luz será impotente y entonces se dirigirá a la casa de su Padre, y entonces él también vivirá en la luz, en el amor y la bienaventuranza....

amén

Traducido por Hans-Dieter Heise