Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/6299

6299 Transitoriedad.... Destrucción....

30 de junio de 1955: Libro 68

Todo lo terrenal es transitorio.... No hay ser humano que no sepa esto y, sin embargo, sólo hay unos pocos que lo toman en serio y no anhelan los bienes terrenales, sólo unos pocos anhelan lo imperecedero.... La mayoría, sin embargo, emplea todas sus fuerzas en adquirir bienes terrenales, a pesar de conocer su transitoriedad. Y esto justifica la pregunta de cómo se les podría arrebatar su deseo por ellos sin restringir el libre albedrío....

El conocimiento acerca de la transitoriedad por sí solo no basta mientras el ser humano sólo pueda disfrutar de sus posesiones durante toda su vida. Y la única manera de recordarle repetidamente esta transitoriedad es perdiendo su propia propiedad por intervención humana o por manifestaciones de la naturaleza. Sólo cuando el ser humano reconoce la inutilidad de sus esfuerzos, sólo cuando comprende que él mismo no tiene poder para asegurar sus posesiones, su afán puede cambiar lentamente y orientarse hacia otros objetivos.... Pero algunos seres humanos necesitan mucho tiempo para llegar a esta cognición, hasta que se cansan de perseguir posesiones terrenales y desperdician, por así decirlo, el precioso tiempo en la Tierra que deberían dedicar a adquirir bienes espirituales.

Y es por eso que las destrucciones de todo tipo son, en cierto sentido, una bendición, porque lo seres humanos pierden sus posesiones materiales y se les recuerda repetidamente la transitoriedad de las cosas terrenales. Incluso los accidentes o desastres naturales más graves pueden traer a los humanos un inmenso beneficio espiritual, pues Dios les ayuda, aunque sea doloroso, a separarse de lo que les ata a la Tierra, para que puedan encontrar más fácilmente su camino hacia las alturas.

Una y otra vez, Dios muestra a los humanos de manera clara e equivoca que no tiene sentido esforzarse por los bienes espirituales y señala a los humanos que se fijen en un objetivo espiritual.... Una y otra vez, Él permite que se lleven a cabo obras de destrucción por medio de la voluntad humana que dañan a los semejantes, así como Él Mismo interviene directamente y les quita a los humanos lo que aprecian.... siempre con el único propósito de dirigir todos sus esfuerzos hacia aquello que perdurará y los seguirá hasta la eternidad.

Mientras que el ser humano no se preocupe de ello que está malgastando su fuerza.... mientras solo preste atención a las cosas materiales, seguirá persiguiendo objetivos muertos, su vida terrenal será inútil y completamente infructuosa para su alma.... Y por eso, la decadencia de lo terrenal se hará cada vez más más evidente, acontecimientos cada vez más dolorosos conmocionarán a los humanos, y las destrucciones de las serán victimas las vidas humanas o las posesiones terrenales serán cada vez más masivas. Y el propósito final de esto es señalar a los humanos a la transitoriedad.... para que reflexionen y se esfuercen por adquirir bienes imperecederos que jamás les podrán ser arrebatados.... Porque es el tiempo del fin, cuando nada permanecerá como está, cuando solo se valorarán los bienes imperecederos que todo ser humano aún puede adquirir....

amén

Traducido por Hans-Dieter Heise