Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/6277

6277 Golpes del destino (II). El Amor del Padre

6 de junio de 1955: Libro 67

En mi Amor inalterable os atiende mi Cuidado, porque Yo no quiero que os toque la perdición sino que quiero vuestra bienaventuranza. Yo quiero vuestra salvación de las tinieblas y vuestra entrada en la Luz. Por eso, si os llevo a la desgracia, es únicamente para ayudaros a dirigiros a las Alturas, pues todavía estáis languideciendo en las tinieblas, y solos no tenéis fuerza suficiente para la ascensión.

Sólo que mis Medios y su efecto os están desconocidos, por lo que fácilmente os imagináis que Yo soy cruel... ¡Pero tened fe en mi Amor... en que siempre únicamente mi Amor dispone los efectos que surto, y que con toda clase de acontecimientos siempre únicamente intento que lleguéis a ser bienaventurados! Únicamente Yo sé los efectos de tales acontecimientos... únicamente Yo sé el camino que vosotros habríais tomado sin mis golpes de fortuna... y únicamente Yo sé cuándo tal camino lleva a un desvío.

Y lo que ahora hago que suceda para evitar eso, siempre tiene como argumentación mi Amor, y siempre resultará benéfico, incluso si esto a vosotros es incomprensible. En el lapso de tiempo antes del fin, por mi parte se impone la necesidad de intervenciones dolorosas que se van a repetir con frecuencia. Mi Mano tendrá que soltar cada vez más nudos, y aún habrá mucho sufrimiento y mucha tristeza. Pero también habrá almas que serán salvadas... y, abiertamente, a los hombres será llamada la atención sobre Aquel que tiene la suerte de todos en sus Manos.

Aunque tal vez sólo le teman porque no son capaces de amarle, pero le reconocen pues creen en un Dios y Gobernador del Cielo y de la Tierra. Y esta creencia puede hacer que progresen, si tan sólo tienen la buena voluntad para ello. Incluso la criatura más ínfima posee mi Amor, y únicamente Yo garantizo a todo la vida para que un día también pueda entrar en el estado de la libre voluntad y cumplir con su última tarea terrenal.20

¡Pero cuánto más Yo me preocupo por todo aquello que ya ha alcanzado este estadio, para que no se produzca un retroceso y toda su migración por la Tierra –antes de su encarnación como hombre– haya sido en vano!... Pero Yo también sé de los escollos con los que cada hombre da en su camino por la Tierra... y también sé si el hombre va a vencerlos o si peligra a fracasar.

Por eso le sigo con mi cuidado y le refreno o le llevo por otro camino, porque de ninguna manera quiero su perdición; además, debéis saber que siempre soy un Padre que cuida, y consta que para los hombres en esta Tierra mi Cuidado paternal vale más que el cuidado de un hombre para su semejante. Ateneos a esto siempre que os vengan dudas cómo Yo puedo permitir lo que de niños hace huérfanos, lo que a familias quita el sustentador, lo que a los seres humanos quita lo que aman lo más de todo que poseen...

Yo puedo dar consuelo a todos... Yo puedo cargarme con todas preocupaciones, y Yo soy un Padre para todos que se encuentran solos y abandonados; pero ellos deben buscar y encontrarme... Esto es lo que intento: que en su gran desgracia establezcan un vínculo conmigo. Porque para qué sirven palabras para manifestar una fe en Mí si no están llevados a cabo, o sea, si los hombres no se dirigen a Mí cuando sus sufrimientos terrenales amenazan a deprimirlos.

La fe viva será para los hombres un verdadero amparo, mientras que una “fe” inanimada hace que despierten dudas tras dudas acerca del Amor y la Omnipotencia de Dios...

A cada ser humano amenazan horas de grandes sufrimientos... - Que entonces todos se dirijan a Mí, ¡y seguro que los ampararé en su gran miseria! Yo mismo soy el único que puede quitar, ¡pero también soy el único que puede dar! Y si sabéis esto, creed que Yo también puedo curar las heridas que os he hecho por vuestra bienaventuranza... Creed firmemente que no siempre lleva a la bienaventuranza lo que vosotros consideráis como bien y conveniente, porque mis Caminos frecuentemente son diferentes, pero siempre llevan a la meta.

Con esta fe dirigíos siempre a Mí... y ahora podréis experimentar mi Amor porque tenéis fe en Mí.

Amén.

Traducido por Anonymous