Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/6260

6260 Espíritu - Alma - Cuerpo... Unificación como tarea...

17 de mayo de 1955: Libro 67

Está en la determinación del hombre, que su alma se une con el espíritu en sí mismo... Si esta determinación se mantiene, entonces la suerte del alma ya está asegurada, entonces la vida terrenal ha tenido éxito, cuando el alma se separa de la tierra. al comienzo de la encarnación, tanto... el alma como el espíritu... están todavía separados, porque el alma, como un ser consciente de sí mismo, había llevado a cabo esta separación voluntariamente y voluntariamente debe volver a unirse, ella misma tiene que buscar la unificación con el espíritu, debe declarar su buena voluntad de amar con el espíritu, que entonces inmediatamente está dispuesto a ayudarla... porque Dios Mismo... el Espíritu Padre desde la eternidad... ahora se acerca a ella.

Él tiene un efecto en el alma, porque una chispa de Sí mismo se le da al alma para el caminar en la tierra, que ahora también actúa como parte de Dios dirigiendo e instruyendo y atrae al alma hacia Sí Misma y por lo tanto también empuja constantemente hacia el Espíritu del Padre desde la eternidad... sólo es necesario que tenga lugar la unificación del alma con su espíritu en sí mismo para asegurar el objetivo final: la unificación con Dios, que significa libertad y bienaventuranza.

Es una solución simple para encontrar el sentido de la vida, y sin embargo, esta solución es buscado solo rara vez por los hombres porque les resulta incomprensible, mientras que el alma todavía no ha sido impresionado, siempre y cuando no le haya otorgado a la chispa espiritual dentro de ella el derecho de instruirla... mientras que todavía no haya superado la separación entre ella y el espíritu a través de obras de amor... mientras no reconozca el propósito de su vida terrenal, y su pensamiento y sus deseos solo están dirigidos terrenalmente... y durante mucho tiempo su vida terrenal tampoco tiene éxito y no le trae el más mínimo ascenso, porque la unificación del espíritu y el alma es el propósito y el objetivo de su vida terrenal.

Y dado que esta unificación es y será siempre un acto del libre albedrio, la voluntad del hombre solo puede ser influenciada por parte de Dios y el mundo de la luz, para que tome otra dirección que la anterior... pero siempre respetando su libre albedrío, lo que , por tanto, requiere mucha paciencia y perseverancia. El bajo estado espiritual no sería tan terriblemente bajo, si se podría dirigir obligatoriamente la voluntad de la humanidad, pero esto no tendría valor para el desarrollo espiritual del individuo, incluso si se podría reconocer en la tierra un estado de paz en lugar de la necesidad actual... Debe preservarse la libertad de la voluntad, incluso si esto da como resultado un hundimiento del ser en las profundidades

Las personas tienen que volver voluntariamente a Dios, voluntariamente tienen que cambiar el amor propio que habita en ellas en el amor desinteresado al prójimo y a través de esto llevar a cabo la unificación de su alma con el espíritu. Pero en todos los sentidos encuentran el apoyo de Dios y del mundo de la luz, porque todos los acontecimientos en la vida terrenal se acercan a las personas de tal manera que un cambio de voluntad es posible... Imperceptiblemente el alma es sacada de Dios... y tan pronto como soló está lista para abandonar la resistencia anterior, es conquistada por el amor de Dios... entonces ella escuchará al espíritu dentro de sí misma, y entonces ya no podrá hundirse más en el reino de las tinieblas...

amén

Traducido por Hans-Dieter Heise