Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/6206
6206 Capacidad de amar.... Voluntad de amar....
6 de marzo de 1955: Libro 67
Todos vosotros lleváis la chispa divina del amor en vuestros corazones y, por lo tanto, sois capaces de amar.... razón por lo cual ningún ser humano puede afirmar haber sido creado completamente sin amor. Sin duda, los seres humanos estáis predispuestos a diferentes sentimientos, pero esto no impide que cada ser humano forma su ser para que se absorba únicamente en el amor a Dios y a los demás seres humanos.... Depende únicamente de la voluntad del individuo, y sólo donde esta se resiste es imposible una obra de amor.
Así que todos sois capaces de amar, porque el fundamento para ello se ha creado dentro de vosotros.... pero la voluntad a amar es obra vuestra, porque vuestra voluntad es libre, porque vosotros mismos determináis acerca de la voluntad dentro de vosotros. Así, un ser humano dispuesto a vivir según los mandamientos de Dios también desarrollará el amor dentro de sí mismo, aunque también esté expuesta a las tentaciones del adversario que quisiera sofocar el amor en el ser humano cuando se enciende. Y solo así podéis explicar el estado de que no siempre actuáis y habláis de acuerdo con el mandamiento de amor, aunque estemos dispuestos a vivir al agrado de Dios.... aunque también seáis conscientes de la desventaja que significa cuando el grado de amor en vosotros es bajo.
El adversario de Dios pone obstáculos en el camino de todo ser humano que se esfuerza, porque para él, una vida de amor significa para él la perdida segura del alma.... Siempre se esforzará por sofocar el amor; siempre intentará impedir que la llama del amor se encienda con mayor fervor.... y así influirá en los seres humanos permitiendo que surja el amor a uno mismo, al amor propio.... que siempre se presenta como una sombra ante el amor verdadero y, por lo tanto, busca oscurecerlo. Una voluntad fuerte impide que esta sombra surja, pero a menudo la voluntad es débil, y también lo es la actividad amorosa del ser humano. Y toda inhibición a la actividad amorosa, toda renuncia a realizar un acto amoroso, es la influencia del adversario, a la que vosotros, los humanos, debéis prestar atención y contrarrestar si aspiráis a las alturas....
Tenéis que saber que él os asedia constantemente, que conoce todos los trucos, que se cuela allí donde sólo la más pequeña grieta del corazón se le abre por la debilidad de la voluntad del ser humano.... Por eso estad constantemente en guardia contra él y aferraos cada vez más a Aquel, Que os protege contra él.... a Jesucristo, Que murió en la cruz para que vuestra voluntad se fortaleciera y que.... como Amor Mismo.... sólo influirá en vuestra voluntad de amar para ayudaros a alcanzar un grado de amor que transformará completamente vuestro ser y os unirá a Aquel que es el Amor Eterno Mismo.
Siempre son estos dos maestros que quiere apropiarse de vosotros.... A quienquiera que os entreguéis por voluntad propia, lo reconocéis como vuestro maestro, y él ahora ejerce su poder sobre vosotros.... Acudid siempre a Jesucristo y expulsaréis a Su adversario, pues no puede oír el nombre de Jesucristo sin huir. Y Jesús también encenderá el amor en vosotros, pues la conexión con Él en el pensamiento ya le da el derecho de influir también en vuestro corazón, y eso significa que el amor se extiende en vosotros con un resplandor brillante, y que ya no tenéis que esforzaros, sino que vuestro corazón os impulsa, porque os habéis unido al Amor Eterno, y el amor se ha convertido en vuestro verdadero ser, como lo fue en el principio....
amén
Traducido por Hans-Dieter Heise