Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/6151

6151 La obra de Dios en los hombres...

1 de enero de 1954: Libro 66

Esta es Mi obra constante en vosotros, que sois amonestados y advertidos por Mi Palabra, que Yo transmito a todo aquel que no se aparta de Mí... Si quiero conquistaros para Mí, tengo que acercarme a vosotros, tengo que seduciros, tengo que demostraros Mi amor para ganar vuestro amor... Y es por eso que tengo que hablaros... de lo contrario no supierais de Mi amor y preocupación por vosotros... Debo mostrarme como un Padre Que se preocupa por el bienestar de Sus hijos y Que, por lo tanto, vela por ellos constantemente. Y como Padre también debo advertiros del peligro y amonestaros para que caminéis siempre a Mi lado y recorráis el camino de la tierra en Mi compañía.

Todo lo que debáis o no debáis hacer, debéis aprender de Mí para que podáis ser felices... Y por eso os hablo... debéis aceptar Mi Palabra, no importa de qué manera y en qué lugar... Tenéis que dejar que Yo os hable, lo que en primer lugar requiere vuestra voluntad en abrir vuestro oído para escucharme. Cada hombre que anhela oírme a Mí Mismo, que lee o escucha Mi Palabra, también será hablado por Mí, siempre experimentará bendición, porque Mi discurso no quedará sin efecto en su alma... Pero esto requiere primero el anhelo por Mi Palabra... Quien la escucha con indiferencia o sin interés jamás será tocado interiormente, sino que simplemente las palabras desvanecen en su oído, y entonces tampoco siente ninguna fuerza.

Quered que os hable, y la bendición será grande... Porque ahora también os diré cuál es tu tarea en la tierra, os presentaré Mis mandamientos de amor... Y si obedecéis estos mandamientos, entonces sois salvados por el tiempo y la eternidad. Sólo os pido una cosa, que Me améis sobre todo y améis a vuestro prójimo como a ti mismo... pero el cumplimiento de estos mandamientos os asegura una vida eterna en la felicidad...

Pero también debo llamar vuestra atención sobre los peligros que os amenazan en la vida terrenal... sobre las consecuencias de un estilo de vida que se lleva en contra de Mi mandamiento de amor... Por eso tengo que advertiros y amonestaros, por eso tengo que hablaros y hablaros en vuestra conciencia... Pero en cuanto Me escucháis de buena gana, sin resistencia interior, ya dais la espalda al peligro. Vosotros os ponéis bajo Mi protección y ahora os dejáis guiar de Mi mano amorosa paternal...

Pero quien Me cierra su oído está en un gran peligro, él rechaza Mi compañía y se une a otro que lo lleva hacia una meta que verdaderamente no es deseable... Pero a éste también Me dirijo, aunque en otro lenguaje porque se cierra a Mi Palabra hablada... No obstante, llamaré su atención hacia Aquel, Cuyo poder es grande y a Quien nadie puede oponerse si Él quiere afirmar Su poder...

Aquellos también serán señalados hacia Aquel, Que es el Señor sobre el cielo y de la tierra, y aunque quisieran sacudirse esas insinuaciones... tendrán que responder por sí mismos, tendrán que asumir las consecuencias de sus acciones y pensamientos cuando haya llegado el día del juicio... Pero Mi Palabra resonará hasta el final, hablaré a la gente hasta el final para que salvar a todos que Me escuchen y presten atención a Mi llamada de advertencia y amonestación. Y realmente no se arrepentirán, reconocerán la voz del Padre, a Quien ahora siguen de buena gana, porque también sienten el amor del Padre, que está destinado siempre y para siempre a sus hijos...

amén

Traducido por Hans-Dieter Heise