Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/5847

5847 La fe en Jesucristo. El Sufrimiento de Cristo

7 de enero de 1954: Libro 63

En la Tierra a ningún ser humano resulta posible estimar los Sufrimientos de Cristo tal como Jesús los ha experimentado, porque indescriptibles tormentos espirituales se juntaban con los dolores corporales, de los cuales el hombre no tiene la menor idea mientras él mismo aún no esté espiritualizado. Por eso no hay hombre que podría decir que ha soportado los mismos sufrimientos que Jesús, porque aquellos tormentos anímicos pasaban en mucho a los dolores corporales... porque Jesús llevaba la carga de pecado de toda la humanidad, y Él se encontraba en medio de la lucha contra los poderes malvados a los que Él mismo se había enfrentado.

Su Alma de Luz se estremecía de estas tinieblas, con lo que su Alma estaba mucho más atormentada que su cuerpo... Y para vosotros, los seres humanos, estos sufrimientos horripilantes son inimaginables auque tengáis alguna idea de ellos; y la importancia de su Obra de Redención sólo la reconoceréis en el Reino espiritual cuando vuestra alma esté en la Luz y le esté mostrada la inconcebible Obra de Piedad...

Mientras vosotros os encontréis en la Tierra sólo debéis tener fe en Él... debéis imaginaros el Amor del Hombre Jesús que cargó con una muerte extremadamente dolorosa, solamente para ayudar a los semejantes en su desgracia espiritual. Debéis imaginaros que Él ha sufrido inocentemente, que Él mismo era el Ser más puro y lleno de Amor en todo el mundo, y que Él por su Amor hiperdimensional también era lleno de Fuerza y Poder. Y aun así se sirvió de su Fuerza para sufrir por vosotros...

Si podéis sentir la profundidad de sus Sufrimientos o no, vosotros debéis poneros conscientemente de parte de Él... no debéis quedaros lejanos porque tras su muerte en la cruz Él os llama a sí... Él sólo quiere que le reconozcáis como Hijo de Dios y Redentor del mundo... que tengáis fe en su Misión, que Dios mismo se encontraba en el Hombre Jesús, y que su Sufrimiento y su muerte en la cruz sólo estaban tolerados por Dios para que la humanidad quedara redimida de la muerte... para ofrecer a Dios la expiación de un delito que –conforme la Justicia divina– no podía quedar sin expiación, y que los seres humanos solos nunca habrían podido expiar...

Vosotros debéis creer que la Misión del Hombre Jesús consistía en que el Amor de Dios y su Justicia entren en coincidencia, para recuperar el Orden que en otros tiempos había sido derribado por el pecado de la apostasía de Dios... sólo debéis creer que cada ser humano precisa de la Redención por Jesucristo... que la muerte de Jesús en la cruz no era solamente un acontecimiento histórico sino que tenía una causa espiritual... que debéis creer que el Amor descendió a la Tierra para redimiros - a los seres humanos... y debéis creer que el Hombre Jesús era tan colmado de Amor a Dios y a Sus semejantes que el eterno Amor mismo podía manifestarse en Él; y sólo así se explican todos los milagros y la Sabiduría de Jesús... Sólo debéis creer que la muerte de Jesús en la cruz era más que simplemente un acontecimiento histórico... y ahora vosotros mismos debéis sacar vuestras consecuencias, es decir, poneros vosotros mismos bajo la cruz de Jesucristo y saber que también vosotros formáis parte de aquellos para los que Jesús ha llevado a cabo la Obra de Redención. Debéis reconocerle como Hijo de Dios y Redentor del mundo.

Y vuestra fe acarreará la Redención de vuestra alma porque esta se soltará del poder del adversario, pues notará que el Salvador Jesucristo se hará cargo de ella... porque ella irá amándole y sólo querrá vivir para la complacencia de Él... pues evitará el pecado y hará el bien, se regalará a Aquel que le ha traído la libertad, y profesará su Nombre ante todo el mundo.

Amén.

Traducido por Ion Chincea