Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/5413

5413 Compensación que exige Dios : difundir la Palabra divina....

15 de junio de 1952: Libro 60

Experimentáis Mi amor a diario, mi espíritu está ininterrumpidamente efectivo sobre y en vosotros, escucháis Mi Palabra, recibís fuerza y gracia en una medida inusual, siempre y constantemente podéis extraer de la fuente de la vida eterna, Yo Mismo os guio en todos vuestros caminos, mantengo vuestro cuerpo para que sirva al alma para madurar; Yo vigilo sobre vosotros, que Me amáis, porque vais a ser Mis hijos, os mando Mis mensajeros de luz para protegeros contra lo mal; no dejo pasar ni un día sin daros una revelación de Mi amor, porque estoy von vosotros y Me quedo con vosotros hasta el fin del mundo....

Pero, ¿cómo hacer esto creíble a los demás seres humanos que no han experimentado nada de esto, que se han alejado de Mí y que tampoco Me reconocen cuando Me acerco a ellos? ¿Cómo queréis demostrar Mi valía ante ellos para que puedan creer en Mí y establecer el vínculo Conmigo ellos mismos?.... No notan nada de Mi amor porque caminan a ciegas y no se les puede encender una luz espiritual en contra de su voluntad. Y no llevan una vida de amor porque el mundo y sus alegrías solo despiertan y fortalecen su ego amoroso. Y por eso tampoco pueden creer, porque la fe nace del amor.

Pero Yo os he encomendado la tarea de instruir a vuestros semejantes y darles Mi Palabra. Y con este mandado ahora experimentáis que solo Mi Palabra puede ser un testimonio de Mí Mismo, porque a través de Mi Palabra Me dirijo a los hombres Yo Mismo, y entonces ya no podrán negarme más, siempre que estén dispuestos a escuchar Mi Palabra. A los que no quieran les resulta difícil creer en Mí, y estos tampoco podrán recibir una prueba de Mi Mismo contra su voluntad.

Pero debéis cuidar de los dispuestos, aquellos que fueron apartados en su camino de vida hacia el reino de Mi oponente, quienes que están en medio del mundo y pueden ser víctimas de él como completamente sin luz, si no hay un portador de luz que se cuida de estas personas y les transmite por el momento un pequeño resplandor de luz, que les despierte de un largo sueño de muerte y que quiere intensificar si están dispuestas a aceptar más luz. Ahora podéis enseñarles en Mi nombre, y ellos también se sentirán dirigidos por Mí, si Me dejáis hablar a través de vosotros, si les transmitís Mi Palabra, que vosotros mismos habéis recibido de Mí.

La inmensa abundancia de gracia que Mi amor ha derramado sobre vosotros debe hacerse efectivo a través de vosotros en vuestros semejantes; debéis ser el mediador entre ellos y Yo porque Yo Mismo no puedo tener un efecto directo donde todavía está tan oscuro que M luz les cegaría. Pero vosotros recibís diariamente la prueba de Mi amor, podéis recibir diariamente de Mi mano lo que tiene un valor inexpresable para la eternidad, escucháis Mi Palabra y absorbéis fuerza y luz en toda plenitud, con lo cual ahora debéis trabajar nuevamente por la bendición de vuestros semejantes....

Esta es vuestra compensación que os exijo que utilicéis el don que os da Mi amor, que habléis por Mí y así Me deis la oportunidad de influir en las personas, que aún no han encontrado el camino hacia Mí y, sin embargo, no están en contra a hacerlo. Todavía no existe un vínculo de ellos hacia Mí, pero se puede luchar por ello tan pronto como Me dejéis hablar a través de vosotros.

Por eso difundid Mi Palabra, id y enseñad a todos los pueblos; hacedlo aprovechando todas las oportunidades en las que podéis anunciar el trabajo sobre vosotros, donde podéis transmitir los bienes espirituales que habéis recibido.... no dejéis en balde lo que tiene un inmenso valor para el desarrollo de lo espiritual.... trabajad con el bien, que os he prestado, estad muy activos en Mi viñedo, proclamad el reino de Dios a vuestros semejantes y recibid Mis bendiciones para vuestro trabajo.... entonces os hacéis dignos del inusual don de gracia, entonces Mi Palabra allana el camino a los corazones humanos, y resonará en todos los que son de buena voluntad....

Amén

Traducido por Hans-Dieter Heise