Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/5408

5408 El amor, la paciencia y la misericordia infinitos de Dios....

9 de junio de 1952: Libro 60

Yo no mido con la misma medida que vosotros los humanos, porque soy extremadamente amoroso, paciente y misericordioso.... Por lo tanto, no puedo condenar para siempre lo que se Me ha opuesto, aunque el pecado la rebelión contra Mí sea sumamente grave y porque Yo Mismo soy el amor eterno y solo quiero dar a Mis criaturas la dicha sobre la dicha. Una rebelión contra el amor, sin embargo, es al mismo tiempo una renuncia al amor (¿un rechazo?) y, por lo tanto, también una pérdida de luz y fuerza.... En el momento del pecado el ser era perfecto y, por lo tanto, podía medir la magnitud del pecado, pero cuando había pecado, estaba desprovisto de todo reconocimiento, y Yo tenía misericordia con esta esencia débil, ciego y por lo tanto ser sufriente, y por eso no puedo echarlo fuera para siempre....

Lo amo, aunque ha caído, aunque ha pecado contra Mí. Mi justicia exige una expiación, una compensación por cada pecado y esto hace la esencia en el estado ligado, donde tiene que asumir sufrimientos indecibles mediante el destierro, que es un tormento para lo espiritual una vez libre y al mismo tiempo que se supone que Me lo devuelve, es decir, al antiguo estado libre donde puede ser feliz. Pero Mi amor, paciencia y misericordia es ilimitada y ayuda a todos los espirituales a la altura a través de medios que, comparados con la gran culpa, son dones de gracia, porque facilitan el camino a la altura para los espiritualmente impotentes y cognitivos, y hacen posible su desarrollo ascendente....

La gran culpa del pecado obra en completa ceguera y solo Mi gran don de gracia capacita al ser para cambiarse. Sin embargo, el ser no es forzado para alcanzar la altura, solo fortalecido; también puede rechazar Mi don de la gracia, tan pronto como hombre en la tierra debe desarrollarse hacia arriba en el libre albedrío. Donde vosotros condenaríais a personas, Yo todavía dejo que Mi amor y Mi gracia gobiernen; con mucha paciencia soporto los errores y debilidades de Mis hijos en la tierra, y una y otra vez levanto a los que caen porque Me da lástima el estado en que se encuentran, y porque quiero salvarlos de las profundidades por las que se ambicionan una y otra vez.

Yo no los obligo, pero uso todos los medios que favorecen un regreso a Mí, y si una persona sigue tan pecadora.... Mi amor busca moverlo a regresar y a cambiar su opinión.... porque quiero ganarlo para la eternidad.... Y también alcanzaré Mi meta, y si la eternidad pasará.... Porque Mi sabiduría siempre encuentra caminos y medios para reducir incluso la resistencia más fuerte hasta que el ser se deja acoger por Mi amor en libre albedrío.... hasta que responda a Mi amor y regresa a Mi para siempre....

Amén

Traducido por Hans-Dieter Heise