Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/5299
5299 Chispa de Dios....
19 de enero de 1952: Libro 59
La chispa de Dios en el corazón humano es la luz que deber ser encendida en vosotros, para que brille en vuestro interior y podáis alcanzar la cognición. El amor solo enciende la luz, el amor despierta el espíritu divino, que fue puesto dentro de vosotros como una chispa por el Amor Eterno, por el Espíritu Padre desde la eternidad, para extenderse y llenar todo vuestro ser, para reuniros con la Luz primordial, con el fuego del amor que Dios Mismo irradia hacia el infinito....
El Amor eterno es indivisible; Todo lo que puede llamarse amor es esa irradiación omnipresente de Dios, y dondequiera que se practique el amor, allí está Dios Mismo, porque el amor nunca puede estar fuera de Dios, sino que es la sustancia primordial de Sí Mismo. Pero el poder es amor, es algo eficaz, algo vivo; El amor es, en cierto sentido, una corriente de fuego siempre activa que produce vida continuamente.
Entonces una chispa reposa dentro de vosotros tan pronto como ser humano, veis la luz del día, y vuestra tarea ahora en la vida terrenal consiste en dejar que esta chispa de Dios se encienda, para que también tenga un efecto de despertar la vida dentro de vosotros.... Ella es la verdadera vida de Dios la que primero da el verdadero significado a la vida aparente del cuerpo.
Ella es lo espiritual, que es imperecedera, pero que primero debe ser despertada en el ser humano antes de que aparezca como fuerza. Es la chispa la que os conecta con Dios, lo que os marca como parte de Dios; Está puesto dentro de vosotros, pero dejado a vuestro libre albedrío, que tiene que dejarla encender que se convierta en una llama brillante.... también puede permanecer enterrada hasta el final de la vida si el ser humano no quiere reconocer su unidad con Dios y se aparta completamente de Dios.... La conexión permanece, porque el Espíritu de Dios es indivisible, pero el ser humano mismo no siente nada de esto, en él está oscuro y frio, no siente ni el brillo ni el calor de una luz, y por eso la corriente divina del poder del amor, Su Espíritu, no es percibida por el humano, y él está muerto en espíritu, sin impulso para la actividad, sin fuerza, aunque viva en la Tierra.
La verdadera vida es creada primeramente por el Espíritu de Dios, el poder amoroso de Dios, que sólo puede llenar al ser humano cuando éste encienda la chispa de Dios dentro de sí mismo a través del amor.... Sólo entonces entra en la etapa de la vida, la etapa de la actividad, donde aparece el poder de Dios, donde el ser humano madura en cognición, y la fe y el amor producen en él una plenitud del Espíritu divino.... luz y poder crecientes. Despertar la chispa espiritual divina a través del amor y alimentarla continuamente es la tarea más importante de la vida humana en la Tierra, porque entonces establece la unión con Dios, el Amor eterno, y se une constantemente a Él, para no separarse jamás de Él, de Quien no puede separarse en la eternidad.... amén
Traducido por Hans-Dieter Heise