Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/5298
5298 Obra redentora sobre las almas en el más allá.... Expresión de esto....
17 de enero de 1952: Libro 59
Cualquier servicio que vosotros consideráis capaz de prestarme a Mí es de Mi agrado, porque valoro vuestra voluntad. Vosotros, los humanos, no podéis imaginar que la conexión del reino espiritual con la Tierra y viceversa se puede establecer en cualquier momento y también se establece ya a través de vuestros pensamientos, que son irradiaciones del reino espiritual que os tocan constantemente, sin importar que sean buenas o malas, porque el reino de las tinieblas también os influye en forma de pensamientos.
Terrenalmente, la muerte ha creado una separación entre los humanos de esta Tierra y el reino del más allá, pero espiritualmente no hay límites a menos que vosotros mismos los creáis a través del pensamiento erróneo o alejándose completamente del mundo espiritual. Sólo que la forma material exterior ya no está presente, pero el alma, lo esencial verdadero, es accesible a vosotros en cualquier momento. Lo atraéis hacia vosotros a través de vuestros pensamientos y vuestra voluntad, y si ahora tenéis un espíritu despierto, si no estáis completamente ignorantes podéis poneros en contacto con aquellos que estuvieron cerca de vosotros en la Tierra.
Podéis hablar con ellos en pensamientos, y siempre escucharán vuestras palabras; También os responderán si os esforzáis por comprender su respuesta. Porque ya no son los órganos físicos los que os dan la respuesta, sino que tenéis que tratar de comprender su lenguaje y así, en cierto sentido, comunicaros con ellos espiritualmente. Los seres perfectos del reino espiritual pueden expresarse a través del espíritu en vosotros; Seres menos perfectos e inmaduros del más allá se revelan todavía de una manera más parecida a la comunicación terrenal, pero que vosotros, los humanos, también podéis entender.
Todos los seres quieren expresarse, independientemente de sí están por encima o por debajo de vosotros en términos de madurez, pero lo que quieren deciros es diferente. Los seres superiores, los habitantes del reino de la luz, quieren daros.... constantemente quieren distribuiros fuerza, porque saben que os falta y quieren ayudaros a alcanzar la felicidad. Pero los seres que aún son imperfectos quieren vuestra ayuda.... Ellos también quieren comunicarse con vosotros con la esperanza de recibir algo de vosotros, porque se sienten pobres y miserables mientras sean todavía completamente ignorantes. Y estas almas a menudo no entienden que no las escucháis, no saben que ya no podéis oírlas con vuestros oídos físicos, y por eso estáis constantemente rodeados de almas.... aquellas que están en necesidad y también aquellas que quieren ayudaros en la necesidad tanto terrenal como espiritual.
Si estas almas consiguen darse a conocer a vosotros, si consiguen hacerse comprender a vosotros, son extremadamente felices y permanecerán ahora constantemente cerca de vosotros.... No les impido que quieran expresarse, así como también bendigo todo lo que se hace por amor de vuestra parte para dar a estas almas la ayuda que han pedido. Vosotros no sabéis acerca de la angustia en la que languidecen estas almas....
Dondequiera que un ser intente escapar de esta angustia, dondequiera que encuentre un camino a través de la angustia que finalmente lo lleve a Mí, Yo estoy junto a esas almas y nunca condenaré lo que el amor que quiere ayudar emprende y lo que también trae ayuda segura a las almas desafortunadas.... lo que, por tanto, puede considerarse como una obra de Redención si sólo tiene como objetivo ayudar a las almas en el más allá con la más profunda seriedad y con las mejores intenciones. La mejor ayuda, sin embargo, sigue siendo la intercesión que vosotros, los humanos, debéis ofrecer a esas almas, porque Me da la oportunidad de inclinarme misericordiosamente hacia esos seres, y todas las almas que incluyáis en la intercesión amorosa ciertamente serán elevadas desde las profundidades, porque el poder del amor ayuda a cada alma a elevarse....
amén
Traducido por Hans-Dieter Heise