Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/5153

5153 Redención de las almas de las tinieblas a través de Jesucristo... El otro mundo...

17 de junio de 1951: Libro 58

La cruz de Cristo es el signo de esperanza para todos los caídos que se sienten infelices en su situación, ya sea en la tierra o en el reino del más allá. La cruz de Cristo les muestra que aún hay salvación, una salida que sólo hay que andar para salir de las profundidades, del reino de las tinieblas hacia la mañana luminosa.

La cruz de Jesús es el indicador hacia arriba que nunca desvía. Porque el que murió en la cruz por amor a la humanidad pecadora, allanó el camino, pagó el precio por las almas que se encuentran en las profundidades, y cada alma puede aprovechar este benefició, cada alma ahora es libre de subir, con tal de que ella misma haya elegido a Jesucristo, el divino Redentor, como su meta, que quiere salir de lo más profundo sólo para llegar a Él. Entonces tiene derecho a la redención, entonces el divino Redentor Mismo lo levanta de las profundidades, entonces los pecados son lavados con Su sangre, entonces la culpa del pecado se extingue, y la obra de Redención no ha sido traída al alma en vano.

Jesucristo murió por todos los hombres, por los hombres del presente, pasado y del futuro... Descendió al infierno... También otorgó las gracias de la obra de Redención a las almas de las tinieblas, y también en el reino del otro lado hay una redención para las almas, pero nunca sin Él, porque sólo Su sangre derramada por los pecados puede compensar lo que un alma ha pecado, y Su perdón debe ser pedido conscientemente. Él debe ser reconocido como el “Redentor del pecado” también en el reino espiritual, ya que de otro modo no es imposible el rescate de las tinieblas.

El hombre Jesús realizó una incomprensible obra de amor en la tierra, y esta obra también tiene su efecto en el más allá; Su misericordia sigue a las almas que dejaron la tierra sin ser redimidas. Pero también en el más allá el alma debe querer ser libre, como en la tierra, para que encuentre la redención a través de Jesucristo, que tiene misericordia de ella en su necesidad, que Su amor la agarra y la saca de lo más profundo. Por eso el conocimiento de Jesús y Su obra de Redención, así como la creencia en Él, es absolutamente necesario y debe ser transmitido a las almas si es que no lo han obtenido ya en la tierra.

Pero este trabajo es mucho más difícil que en la tierra, porque las almas de las tinieblas tiene poco conocimiento y fuerza de cognición y por lo tanto no son tan fáciles de enseñar. Sin embargo su situación no es desesperada cuando están en necesidad y claman por la salvación de su actual condición. Entonces no son completamente tercos, y por la intercesión y la amorosa instrucción mental se les puede dar un conocimiento que les permita dirigir sus pensamientos a Jesucristo, el divino Redentor, e invocarlo... Y cada llamada en la fe y la confianza en Su ayuda será respondida... Entonces el camino hacia arriba está preparado, y ahora, paso a paso, será cubierto con Su ayuda.

Hay Salvación desde abajo, pero nunca sin Jesucristo... Esto también deben experimentar las almas del otro lado, que de otra manera nunca dirigirían sus pensamientos hacia Él, Que es el único que puede traerles la Salvación de su necesidad, Que con su amor y misericordia está constantemente dispuesto a aliviar la angustia y a cambiar un estado de agonía en un estado de felicidad... pero la voluntad del ser forma parte de ella y cambiarla adecuadamente requiere mucha intercesión por parte de los hombres que están en la fe y en el amor y por lo tanto también pueden ayudar a aquellos que aún no están redimidos...

amén

Traducido por Hans-Dieter Heise