Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/5146

5146 Estado de las almas después de la muerte... Luz... Crepúsculo... Tinieblas

8 de junio de 1951: Libro 58

Nada queda oculto, todo se revelará en el último día... Considerad eso, vosotros humanos, que tenéis que justificaros ante el tribunal de Dios cuando entréis en el reino del más allá, cuando vuestra alma haya salido del cuerpo, cuando llegue el día de vuestro juicio. Y el juez eterno decide sobre vuestro destino en la eternidad, el juez eterno da a cada alma lo que se merece y verdaderamente juzga conforme a la justicia. Y felices aquellos que están rodeados por un rayo de luz, que tienen obras de amor para demostrar que los envuelven en un rayo de luz que hace reconocible se grado de madurez... Felices los que buscaban la verdad, y por lo tanto revelaron su esfuerzo hacia Dios; felices los que se esfuerzan por cumplir la voluntad de Dios, quienes están en la relación correcta de los hijos con el Padre celestial y, por tanto, serán aceptados por Él y acogidos en Su reino...

Pero que oscuridad envuelve a las almas que están desprovistas de todo amor. Estas también son reconocibles desde lejos, porque grises y sin luz, en la mayor necesidad se encuentran ante el tribunal de Dios, y su oscuridad caracteriza su vida sin amor, su incredulidad y su pertenencia a Satanás, y se alejan de Dios y tratan de huir de Él. No Le reconocen, pero Le temen, que quiero juzgarlos por sus hechos, y se hace cada vez más oscuro dentro y alrededor de ellos y un área pobre y poco atractivo los recibe, donde se sienten desdichados y se rebelan contra su suerte, que, sin embargo, les ha golpeado con justicia.

Y de nuevo las almas se encuentran en un leve crespúsculo, no son capaces de reconocer nada, sin embargo, las tinieblas más extremas no las atormentan, pero les falta la luz. La anhelan y no pueden orientarse en su entorno, aunque de vez en cuando los rodea una pequeña lucecita de crespúsculo al que empujan en su angustia... Estas almas no son malas, pero eran descuidadas en la tierra y se han descuidado en adquirir un vestidura brillante a través de obras de amor; vivían sin pensar, no hicieron nada malo, pero tampoco nada bueno. Su fe estaba muerta, y no pensaron en sus almas y ahora llegan miserablemente al reino espiritual, temerosos de las tinieblas y queriendo huir de ellas esforzándose ansiosamente hacia la luz, mientras las almas de las tinieblas huyen de la luz, aunque la oscuridad también es tormento para ellas. Pero en su condición no pueden tolerar la luz hasta que hayan cambiado su voluntad.

Cada alma es considerada de acuerdo con el derecho y la justicia... porque ningún alma puede ocultar su naturaleza porque todo el estilo de vida yace abierto y claramente ante los ojos de Dios y el reino espiritual no permite que la naturaleza real sea encubierta porque todos los actos del hombre en la tierra crean el estado de luz o de oscuridad ellos mismos y por lo tanto cada alma es reconocible y también donde pertenece.

Tened piedad, humanos, de las almas que aún están en el crepúsculo, porque una oración amorosa vuestra ya puede crear un cambio para ellas, porque esto significa un destello de luz, significa una pequeña donación de fuerza y una guía correcta de su voluntad y sólo el amor de los humanos o de los seres de luz los rescata de su desdicha situación, que la sienten insólitamente dura y quisieran mejorar.

Las almas de las tinieblas también necesitan vuestra ayuda, pero en su terquedad a menudo rechazan tal ayuda. Pero la intercesión constante por tal alma no queda sin éxito, porque es como una corriente de fuerza, que toca a estas almas y que ellas sienten con benevolencia. Pero vosotros los humanos no sabéis en qué reino debéis buscar a vuestros seres queridos, y por eso haríais bien en pensar en todos con amor, incluso en aquellos que aún están cautivos por el reino de las tinieblas...

Debéis practicar con celo la intercesión, debéis pensar en todos los seres queridos que os han dejado, debéis saber que todos ellos todavía necesitan mucha fuerza y os agradecerán íntimamente por tal provisión de fuerza, que una oración de amor significa para ellos. De esta manera permanecéis en contacto constante con las personas que estuvieron cerca de vosotros, y también experimentaréis su preocupación por vosotros en cuanto hayan despertado de su letargo del espíritu, y en cuanto hayan entendido que tienen y que pueden ponerse al día en el reino del otro lado, donde el amor es el único medio de redención, por el cual las almas dispuestas a ayudar pueden progresar para salir del reino de las tinieblas y el crepúsculo y llegar al reino de la luz...

Vosotros, hombres, ayudadlos porque necesita vuestra ayuda porque son demasiado débiles de voluntad por sí mismos, y el amor y la justicia de Dios sólo pueden darles la plenitud de luz que ha adquirido a través de su forma de vida en la tierra. Pero podéis darles luz tan pronto como pensáis con un corazón amoroso en aquellos que están en necesidad y queréis ayudarlos...

amén

Traducido por Hans-Dieter Heise