Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/5052

5052 Explicación del despertar del espíritu.... Escuchar la palabra interior....

29 de enero de 1951: Libro 57

Despertad la chispa espiritual que hay dentro de vosotros a la vida y ya no dudaréis que Yo, como Padre, os hablo como a Mis hijos, porque el espíritu dentro de vosotros se una con el Espíritu-Padre de la eternidad; Recibe Mi Palabra y la transmite al alma, que ahora escucha Mi Palabra tal como surge de Mí. El alma entonces siempre percibe la irradiación de Mi amor, que se expresa en forma de Mi Palabra; Pero el ser humano como tal no siempre es capaz de comprender el lenguaje del Espíritu, y por eso el alma debe transmitir mentalmente al ser humano la Palabra que le es transmitida; debe adaptarse a su capacidad de recibir dones espirituales (mentalmente).

El alma puede pues querer que el Espíritu se le revele, y entonces lo recibe sin restricción, pero el ser humano no necesita saberlo al respecto, aunque forme la envoltura exterior del alma, porque a menudo aquello que hace al alma extraordinariamente feliz le resultaría incomprensible. Pero para entonces el alma ya ha experimentado un fortalecimiento inusual y busca influir en el humano exterior de tal manera que éste cumpla voluntariamente con los deseos del alma. Entonces la mente humana se retira y el ser humano comienza a escuchar dentro de sí mismo, tratando de comprender la voz del alma, y entonces se da cuenta de lo que el alma ha recibido del reino espiritual. Entonces espíritu, alma y cuerpo están en armonía, y entonces el ser humano puede recibir una sabiduría inimaginable, porque el espíritu dentro de él ya no descansa una vez que haya sido despertado a la vida.

El cuerpo entonces no puede permanecer insensible a la Palabra divina por mucho tiempo; es tocada por la irradiación de Mi amor y su fuerza comienza a actuar, de modo que el espíritu se vuelve cada vez más vivo, y también el alma, que asimismo aumenta en luz y fuerza, porque cada irradiación de Mí significa luz e imparte fuerza de Mí al ser humano. Entonces el alma también logra hacerse entender al ser humano, en determinarlo, en prestar atención a todas las impresiones en el corazón y así cuando la persona ahora escucha interiormente, puede oír Mi Palabra claramente dentro de sí misma y ahora también permitir que llegue a su mente.

Entonces el corazón y la mente están activos, entonces la chispa espiritual que ha despertado a la vida ha logrado un tremendo cambio en el ser, ha formado alma y cuerpo según su voluntad, que también es Mi voluntad, en un receptáculo para el poder de Mí.... ha determinado el alma.... el pensar, el sentir y el querer de la persona.... a someterse a Mí, y el cuerpo entonces también sigue Mi voluntad, y así la persona conscientemente se convierte en receptora de Mi Palabra, Mi irradiación de amor, que es en cierto sentido el elixir de vida para el alma, a través del cual se asegura su vida eterna.

Tal despertamiento espiritual puede ser ejecutado según lo planeado cuando los pensamientos de una persona se dirigen a Mí por su propia voluntad y Me pide fuerza y gracia, y por Mi Espíritu. Entonces, porque la persona misma lo quiere, Mi fuerza obviamente fluye hacia ella, y entonces tanto el alma como el corazón de la persona son capaces de entender Mi Palabra en el instante, porque el poder del Espíritu tiene un efecto incomprensible que puede transformar a una persona en un instante en un receptáculo para Mi Espíritu, siempre que tenga la firme voluntad de servirme a través de esta capacidad, es decir, ser activo en la Redención de sus semejantes.

Esta voluntad es la razón para un don de gracia de lo más amplio. No admire limitaciones, porque Mi Espíritu es ilimitado y su acción está determinada únicamente por la voluntad de la persona misma. Y así, la voluntad de la persona determina la naturaleza de la obra del Espíritu y la manera en que el don de gracia debe ser utilizado, y de acuerdo a esta voluntad, a cada persona le son dados los dones del Espíritu para ser un testigo vivo para sus semejantes del éxito de la correcta relación Conmigo, su Creador y Padre desde la eternidad....

amén

Traducido por Hans-Dieter Heise