Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/4832

4832 Probar el poder de la fe.... Curas milagrosas....

7 de febrero de 1950: Libro 55

Tenéis que probar el poder de la fe para que también podáis representar la verdad de Mi Palabra al mundo. Tan pronto como vosotros mismos estéis en una fe viva, tan pronto como sepáis que escucho cada oración que Me es enviada con plena confianza, podéis pedirme lo que queráis; vuestra fe misma os garantiza el cumplimiento. El pedido debe surgir de un corazón amoroso, por lo que pidáis debe servir al bien del prójimo, debe basarse en el amor por él y nunca debe surgir del amor propio.

Haced cada prueba de fe.... Donde se necesite vuestra ayuda, allí concededla, y lo que podáis hacer por vuestra cuenta, decídmelo y pedid la fuerza necesaria para eso. Sabed que nunca os la negaré si sólo creéis y queréis obrar en amor. El amor puro y desinteresado debe incitaros a ayudar, que deseáis brindar, entonces estaréis llenos de fuerza y ya no dudaréis del éxito de lo que de otro modo sería imposible para vosotros como solo humano.

Cada duda, cada timidez, cada inhibición es el resultado de una fe demasiado débil. Entonces no puedo cumplir vuestra oración, de lo contrario sería infiel a Mí Mismo, Que he hecho depender el cumplimiento de una fe fuerte. El poder debe emanar de vosotros mismos para que los demás seres humanos reconozcan de lo que es capaz una fe fuerte. La fe puede mover montañas.... Pero tal fe ya no se encuentra entre vosotros los humanos, y es por eso que estas Palabras os parecen una forma de hablar. Pero podéis hacer la pruebe en cualquier momento si Me dejáis estar presente en vosotros a través del amor, que entonces también hace fuerte e inquebrantable la fe a través de su poder.

Cuando Me sentís a Mí Mismo en vosotros ya no os cabrá la menor duda del resultado favorable, y entonces obráis Conmigo y nada os puede salir mal. Cada acto probablemente contará entonces como un milagro ante los ojos del mundo, pero es solo el resultado natural de una unión íntima Conmigo, Quien ahora también os convierte en receptores de poder de una medida ilimitada. Cread y poned a prueba vuestra fe y demostrad a vuestros semejantes el poder de la fe.... no para obrar milagros, sino en la caridad misericordiosa debéis usar esta fuerza de la fe, que verdaderamente os dejará ser poderosos, porque soy Yo, a Quien ahora iniciéis a la expresión de fuerza y Que nunca jamás deja que una fuerte fe se desvanezca.

Las personas que demandan ayuda se acercarán a vosotros, no rechazáis sus pedidos, ayudadlos imponiéndoles las manos en Mi nombre. Así, los ayudáis también a tener una fe firme y enseñadles que la fe sólo cobra viva a través del amor. Pongo Mi gran esperanza en vosotros, Mis discípulos de los últimos días, para ganar todavía almas que encuentren todavía el camino de regreso a la fe, por el bien de la fe que tenéis y que les prueba Mi existencia. Ayudad a estas almas porque podéis hacerlo si tan sólo os conectáis íntimamente Conmigo para recibir de Mi un poder que os capacitará para conseguir cualquier cosa.... Probad por vosotros mismos el poder de la fe y podréis obrar en beneficio de los semejantes por Mí y Mi reino....

amén

Traducido por Hans-Dieter Heise