Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/4626

4626 EL SALVADOR DEL CUERPO Y DEL ALMA

1 de mayo de 1949: Libro 53

Lo que debéis de hacer es: entregarme a Mí todas vuestras preocupaciones, que Yo soy en verdad el mejor Salvador y puedo tomaros todas vuestras enfermedades; quien os puede hacer sanos en el cuerpo y en el alma y daros eternamente una vida indestructible. Tal vez estáis sujetos a la aplicación de medicinas en la tierra, no obstante si Yo no os las bendigo perderán su eficácia, así como también Yo puedo bendecir al enfermo y sin medios externos para que se restablezca según Mi Voluntad.

Y Yo hago esto, así como reconozca innecesario el sufrimiento para él, si ha cumplido su finalidad y contribuido a la purificación del alma. Pues la enfermedad del alma va simultáneamente junto con la del cuerpo, y vosotros no podéis haceros ninguna idea qué gran factor significa la enfermedad del cuerpo en el desarrollo evolutivo del alma y que agradecida está un día de que haya podido ir por este camino en la carne que le aportó mayor madurez en un camino de vida muy acortado sobre la tierra.

Por eso debéis pedir siempre en la tribulación: ”Padre, que se haga Tu Voluntad”. Entonces Yo hago lo mio, como vosotros hacéis lo vuestro. Yo vengo como Salvador del cuerpo y del alma a vosotros y vuestra convalecencia estará asegurada, Soportad el débil cuerpo por amor al alma y a su fortaleza; sabed que ella se puede desarrollar hacia arriba con mucha más facilidad y buscar la unión con el Reino espiritual, de manera que el cuerpo no le opone ninguna resistencia, lo cual hace siempre en un sano estado: El alma estará bien proporcionada cuando caiga la envoltura corporal. Para que seáis conscientes de Mi cercania y de Mi forma de obrar, se efectuará rápido el proceso de sanación; así llenos de fe esperad el milagro, así que creáis que a Mi poder y fuerza nada le es imposible y que mi amor siempre va dirigido a vosotros y por lo tanto quiere ayudaros. La fe firme es la mejor medicina, que jamás falla ....

¡Corred y traedme vuestras preocupaciones y penas y quedaréis libres de ellas, mas venid con una fe firme e inconmovible y no la dejaré que fracase !

Amén

Traducido por Pilar Coors