Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/3979

3979 La razón de la miseria y penuria durante la época final....

18 de febrero de 1947: Libro 49

Un corto plazo de bienestar en la tierra puede tener como consecuencia al hombre un retorcimiento espiritual, porque en el momento que la lucha diaria de la existencia terrestre cede, el alma está dispuesta a recibir fácilmente encantos de cualquier tipo, y se enfrentan con poco resistencia si se acercan las tentaciones del mundo. Pero como hace falta para el alma una lucha más intensa durante la época final para poder llegar a la meta, tiene que quitarle cualquier oportunidad de convertirse en un vago en su anhelo de llegar hacia lo alto. Y por esto siempre se acerca nuevamente penuria y sufrimiento, y cada uno debe dar las gracias por esto, porque son los últimos remedios para salvarles ante la recaída. Un bienestar terrestre solo se puede aceptar para almas maduras sin daño, pero aquellos necesitan ningunas riquezas terrestres, ningunos disfrutes corporales y tampoco condiciones de vida obviamente buenos, sino se encuentran bien en cualquier tipo de situación de vida, aunque al semejante parezca difícil y con necesidades, como al revés que una situación buena en la vida no puede ser suficiente para un alma inmaduro que busca sin cesar conseguir con gula bienes más grandes sin prestar atención a su estado del alma y se mete en gran peligro. Al hombre no se acerca en vano un acontecimiento de penuria y esfuerzo para el alma, Dios intenta una y otra vez a ganárselo a que sienta su debilidad para que Le pregunte por Su ayuda, por esto siguen sucesos uno tras otro que revolcan el alma y desvían la atención del hombre de alegrías terrestres y sus goces, porque el alma tiene que luchar repetitivamente y no debe ceder. Dios sabe lo que le vaya mejor, y Él le crea continuamente posibilidades para su desarrollo y por esto hace falta una lucha en la vida continúa en la tierra. Pero no deja atrás sin fuerza a un alma que se acerca a Él pidiéndole ayuda con confianza. Él le da lo que haga falta en la tierra y espiritualmente, pero quita al cuerpo lo que podría ser peligroso para el alma. Y por esto los hombres no pueden esperar ninguna mejora de vuestra situación de vida, sino una y otra vez un suceso tras otro lo que le fuerza a aumentar la lucha en la vida. A pesar, es el último plazo antes del final, y para poco tiempo el hombre puede sacar provecho si busca la conexión con su creador y preservador, con su padre de la eternidad. Entonces saca una ventaja espiritual para los tiempos difíciles y reconocerá algún día la bendición en esto, dará la gracias a Dios por su cuidado, por todo el sufrimiento que le ha ayudado a alzar el desarrollo del alma y que le ha salvado ante la pérdida eterna....

amén

Traducido por Bea Gato