Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/3811

3811 Fin de la tribulación... Juicio... Nueva tierra...

25 de junio de 1946: Libro 48

Pero el tiempo de la tribulación pasará, y es seguido por un tiempo de profunda paz y dicha celestial para todos los que creen en Mí y permanecen leales a Mí hasta el final.y así como el tiempo de angustia ha llegado sobre la tierra, Mi promesa del tiempo de paz también es cierta, porque Mi Palabra es la verdad eterna, y debe cumplirse, tiene que llegar un tiempo otra vez en que ya no haya una depresión espiritual y es por eso que se elimina cualquier necesidad terrenal, donde las personas viven en la relación más cercana con Dios y por lo tanto también son felices.

Pero primero tiene que tener lugar una escogencia, que comenzó con la gran necesidad y continua en el momento de la tribulación, donde la gente tiene que decidirse por Mí o por Mi oponente. Y solo una tribulación excesivamente grande produce esto, porque la gente se ha endurecido y carece de fe y necesita los medios más agudos de educación con el fin de mejorar. Pero también este tiempo llega a su fin, y eso debe ser el consuelo de los Míos, que Yo acorto los días para que los Míos no se aparten de Mí en el tiempo de mayor angustia. Les espera una suerte bendita en la tierra nueva...

Y aquellos que crean en Mi Palabra encontrarán fuerza en esta promesa y resistirán cada ataque del mundo. Porque no dejo a los Míos y vengo Yo Mismo a buscarlos cuando se haya alcanzado el punto culminante. Con Mi fuerza y Mi gracia también se puede aguantar los días más difíciles, pero la recompensa es segura para vosotros... una vida feliz y pacífica después de este tiempo de tribulación, donde Me alabaréis y honraréis, donde Me agradeceréis desde el fondo de vuestro corazón, donde Yo Me quedo con vosotros mismos visible y perceptiblemente, porque estáis llenos de amor.

Por eso no temáis el tiempo de la tribulación, soportadlo con miras al fin, aceptadlo con devoción, porque todavía puede significar la salvación de las almas perdidas y ahorrarles el repetido camino terrenal por toda la creación. Y reconoced la verdad de Mí Palabra de todo lo que todavía viene sobre la tierra, porque lo he predicho hace mucho tiempo, para que os volváis más firmes en la fe, para que podáis prepararos para ello y, por lo tanto, maduréis espiritualmente.

Reconoced Mi amor, aunque la gente esté dolorosamente afectada por Mi voluntad o mi admisión... Este tiempo de necesidad es de gran urgencia para vuestras almas, pero es pasajero, no dura mucho por el bien de los Míos... debe dale paso a un tiempo de la más deliciosa paz en la nueva tierra, del cual disfrutarán todos los que son Míos y se mantendrán fieles a Mí hasta el final...

Amén

Traducido por Hans-Dieter Heise