Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/3744

3744 Promesas de Cristo... Condiciones... Cumplimiento...

16 de abril de 1946: Libro 47

Mantened la promesas de Cristo y podréis vencer cualquier lucha en la vida (superar)... Él os ha prometido fuerza y gracia, él os ha prometido cuidado espiritual y físico, Él os garantiza que alcanzaréis vuestra meta final en la tierra... la vida eterna... y podéis creer Su Palabra incondicionalmente, se cumplirá tan pronto como cumpláis las condiciones que él ha adjuntado a Sus promesas. Porque de eso hace depender sus promesas de que os esforcéis en cumplir la voluntad de Aquel, Que os dio la vida. La vida terrenal no se os fue dada solo por vivir, sino para lograr un propósito... para lograr la mayor perfección posible en la tierra.

Y Jesucristo os mostro el camino en la tierra, vivió la vida que os lleva a la perfección. Dio a la gente explicación donde todavía estaba oscuro dentro de ellos. Él les mostró los medios seguros y también su efecto en la eternidad... Él puso condiciones y os dio promesas... Y si estáis llenos de fe, si cumplís las condiciones para formaros a vosotros mismos a la perfección, cada promesa entrará en vigor, viviréis, terrenal y espiritualmente, en bienaventuranza y paz... y, sin embargo, también en una actividad benéfica. Sin embargo, Sus condiciones son una actividad ininterrumpida en el amor...

Toda promesa, es decir su cumplimiento, presupone la obra del amor para su cumplimiento. Si cumplís con esta condición, entonces podéis pasar vuestra vida en la tierra sin preocupaciones en todos los sentidos, porque entones el Padre Que está en los cielos cuidará de vosotros física y espiritualmente... No os dejará en la necesidad del alma y del cuerpo, pero la remediará en cualquier momento según vuestra voluntad de amor... Su Palabra es verdad y la será por toda la eternidad. Creer firmemente en esto os da paz interior y seguridad frente a cualquier cosa que os sobrevenga por la voluntad de Dios o por Su permiso.

Y puesto que sin su voluntad no se os puede dañar ni un pelo, así que procurad que Su voluntad se incline hacia vosotros... amad a vuestro Padre desde la eternidad con todo vuestro corazón para que también vosotros podéis ganar Su amor y testificadle vuestro amor a través de la obra de amor en vuestro prójimo. No es mucho lo que Dios os pide, pero no Él se desvía de esta condición para que se cumplan las promesas que os ha hecho. Y cada una de Sus Palabras os enseña el amor, cada una de Sus promesas exige amor... una relación íntima con Dios y con vuestro prójimo que es vuestro hermano porque todos sois hijos de un mismo Padre...

Podéis obtener innumerables dones de gracia a través de actos desinteresados de amor y.... si os falta fuerza para hacerlo... pedid fuerza a través de la oración sincera: “Pedid, y se os dará...” Pedid primero los bienes espirituales e ignorada las necesidades terrenas, porque dios os las da si antes os esforzáis por cumplir Su voluntad y os formáis en el amor. Una y otra vez Jesucristo os presenta en Su enseñanza la urgencia de luchar por el reino de Dios... Os promete la vida eterna y el cuidado del Padre para vuestra vida terrenal si sólo os esforzáis por el reino de Dios.

Y cada palabra que sale de Su boca es la verdad más pura y, por lo tanto, debe daros la paz y la seguridad más íntima, si solo creéis. Toda preocupación es inútil mientras os esforcéis por corresponder a la voluntad divina, y a través de la actividad amorosa obtenéis el amor de Dios y por tanto os inclinéis a Su voluntad. Y por tanto no dudéis de Su Palabra, no dudéis del cumplimiento de Sus promesas, sino vivid como Su sagrada Palabra demanda... vivid en el amor y en conexión constante con Aquel, Que es el Amor Mismo...

Y entonces dejaos guiar y confiad en Él, poned confiadamente vuestro destino en Sus manos y entregaos completamente a Él, entonces pronto todo problema os será quitado porque ya no lo necesitáis, si os purifiquéis y forméis por la obra de amor en la fe firme para poder entrar en el reino de la luz después de haberos despojados de vuestro cuerpo terrenal. Porque Jesucristo no habló de Sí Mismo, sino Dios habló por medio de Él, y Su Palabra es verdad y ha de cumplirse, si el hombre sólo obedece Su Palabra, ya se esfuerza por el reino de Dios... a la vida eterna..._>amén

Traducido por Hans-Dieter Heise