Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/3609

3609 Perfección de Dios.... Propósito de Su voluntad....

18 de noviembre de 1945: Libro 46

Dios es grande y poderoso, y Su amor no conoce límites.... Su ser irradia la verdad más profunda, su abundancia de poder es invencible y Su voluntad solo lucha por lo que es perfecto, y por eso todo es perfecto lo que ha surgido de Su eterna fuerza creativa. Su sabiduría insuperable sabe que es bueno y correcto para el propósito al que debe servir. Lo que surge de Dios nunca puede ser deficiente, de lo contrario Él no sería perfecto, de lo contrario Su poder sería limitado y Su amor no sería infinito.

Dios es extremadamente sabio, y Su sabiduría esta emparejada con una voluntad, que puede permitir que deja que todos Sus pensamientos se puedan convertir en una forma a través de Su fuerza. Así que nada es imposible para Él, que puede hacer todo lo que quiera, pero solo quiere esto lo que Su sabiduría reconoce como conveniente.... Y el propósito es la felicidad ilimitada de lo que una vez surgió una vez en plena perfección de Su poder, pero que a través de su propia voluntad sea vuelto imperfecto. Su voluntad nunca actúa en sentido contrario, nunca realizará o impedirá algo a través de Su poder, lo que haría obsoleto el propósito, en la medida en que el libre albedrio del hombre no es decisivo, que bien lo respeta, aunque no puede aprobarlo.

Pero la voluntad de Dioses eternamente inmutable, es buena y solo apunta a lo perfecto. Pero lo que se ha vuelto imperfecto se opone a Su voluntad con gran resistencia, porque no reconoce al ser más perfecto, el ser que es amor, sabiduría y poder en Sí Mismo.... de lo contrario tendría que someterse a Él incondicionalmente. La propia voluntad ha causado la ignorancia, del libre albedrio lo originalmente perfecto sea despojado de toda fuerza de conocimiento y lo ha sumergido en un estado de ignorancia del que sólo puede ser redimido por el libre albedrio. Y, por tanto, no sabe de la fuerza y el poder del ser supremo, no sabe de Su amor y sabiduría, no sabe del feliz estado de la perfección. Y, por lo tanto, no reconoce tampoco su propia imperfección y, por lo tanto, se encuentra en un estado de profunda necesidad, si Dios no viene en su ayuda.

Todo lo que hace Dios es un medio para arreglar la imperfección, para ayudar a aquellos que una vez se separaron de Él por libre albedrio para que sean perfectos de nuevo, para que vuelvan a encontrarle para ser feliz. Y lo que Él hace en virtud de Su voluntad y Su amor y sabiduría, conduce inevitablemente a esta meta, incluso si se necesitan tiempos interminables antes de que esta meta sea alcanzada, si la voluntad del imperfecto se opone a la resistencia.... Solo cuando la resistencia se debilita la esencia empieza a reconocer que es imperfecta; comienza a sentir que un ser altamente perfecto es su Creador desde la eternidad y que tiene que luchar por este Ser más supremo....

Y con esta tranquilla comprensión comienza su ascenso, comienza el ajuste de lo imperfecto al ser más perfecto, comienza la subordinación de la voluntad bajo la voluntad de Dios, y reconoce a todo lo que Dios hace como sabio y basado en Su amor infinito....

Y tan pronto como se haya alcanzado este estado, la esencia ya no puede hundirse para siempre en el estado de imperfección, ya no puede apostatar a Dios para siempre,

porque a través del esfuerzo constante hacia arriba se fusiona con la fuerza primordial de la que una vez surgió, y es indeciblemente bendecido por toda la eternidad....

Amén

Traducido por Hans-Dieter Heise