Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/3497

3497 La indiferencia.... La intervención divina....

25 de julio de 1945: Libro 45

Una indiferencia frente todo lo espiritual se ha apoderado de los hombres, y se manifiesta un estado en el cual es difícil de que se escuche a los servidores de Dios y para transmitir la palabra de Dios. Los hombres están completamente captados por la preocupación sobre su vida terrestre, y cualquier conexión con el mundo espiritual a través de pensamientos que valen a Dios y su alma, se ha cortado y se hace imposible para los seres luminosos del reino espiritual, influir mentalmente a los hombres. Y así se alejan cada vez más del reto auténtico, se convierten en gente más material que nunca y están en camino al paro espiritual total corriendo el peligro de un declive hasta el final aproximado. La voluntad del hombre está debilitada y no recurren al último remedio para fortalecerla, con llamar a Jesucristo a través de rezos intensos pidiendo fuerza y apoyo. Una corazonada auténtica al salvador divino, una petición por ayuda espiritualmente y terrestre, traería al hombre un aumento de voluntad. Pero no reconocen a Jesucristo, o son indiferentes frente al problema de la redención, si no le rechazan ya directamente. Y por esto les falta la fuerza para cualquier anhelo espiritual, porque les falta la voluntad seria. Pero antes de que la palabra divina tenga efecto en ellos, el hombre tiene que activarse primero, el hombre debe prestar atención a aquel que le transmite la palabra de Dios. Pero los servidores divinos se encuentran ante la resistencia si intentan hacerse escuchar.... Son escuchados con rechazo, se ríen de ellos o los rechazan sin piedad.... No es un campo para los trabajadores del Señor, y las semillas caen en suelo pedregoso. Avisos y advertencias humanas no sirven, la palabra de Dios, revelada por boca humana no es aceptada. Y entonces, Dios Mismo, tiene que comunicarse y hablar con una voz que el oído humano tiene que escucharla, también contra su voluntad.... El rechazo de los hombres lo hace necesario, si Dios no quiere dejarlos hundir en una noche espiritual completa. Voluntariamente ya no aceptan ninguna pista espiritual, y entonces les tienen que mandar sus pensamientos forzosamente al reino espiritual, aunque se les deja la libertad todavía si quieren quedarse allí o huir cuando Dios ha hablado. Que Dios se va a pronunciar está estipulado desde eternidades para dar a los hombres una última ocasión de despertarse de su indiferencia, para guiar su mente hacia arriba, porque se hace tan obvio la intervención de Dios.... porque Su voz se levanta muy alto, porque va a hablar a través de fuerzas naturales y los hombres vivirán con terror estos sucesos, porque el poder de Dios se les hará ver, si no están impenitentes por completo y sometidos al adversario. Porque Dios usa todos los remedios del amor para ganar a las almas de los hombres antes del final, pero la libertad de la voluntad no está acortada. Y aquel que piensa en el salvador divino en estas horas de miseria y desesperación terrestre, aquel que se acerca a Él pidiendo, se le dará fuerza para convertirla en fe, y la intervención divina no pasará sin huellas por él, reconocerá a Dios en esto y pasará por Su camino. No le va a faltar fuerza para realizar lo que ha prometido a Dios a la hora más angustiosa.... Le va a ser fiel desde este momento.... y bendito quien reconozca a Dios antes de que sea tarde. Se le concede todavía un plazo corto que puede aprovechar hasta el final, porque está a punto de caer....

amén

Traducido por Bea Gato