Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/3247

3247 Revelaciones de Dios... Comprensión... Condición...

7 de septiembre de 1944: Libro 42

Lo que está escondido del mundo, eso lo revela el Espíritu de Dios a aquellos que se han apartado del mundo y anhelan escuchar la voz de Dios. Y Su revelación es verdaderamente de un valor inestimable, porque es la sabiduría más profunda que les transmite el Espíritu de Dios, y esta sabiduría allana el camino a la vida eterna del alma. Y tan pronto como el Espíritu de Dios puede obrar en el hombre, éste permanece en constante conexión con Dios, el Espíritu supremo del cielo y de la tierra, y por consiguiente ahora también debe aumentar en conocimiento y luz, porque Dios como la sabiduría eterna y la luz original emana constantemente sabiduría y luz. Y Sus revelaciones son inagotables, y el hombre siempre puede sacar de la fuente de la sabiduría y enriquecer su conocimiento, porque Dios no le pone límites.

Pero si el prójimo quiere comprender estas revelaciones, si le son transmitidas por una persona iluminada por el Espíritu de Dios, entonces primero debe tener la voluntad absoluta de penetrar en la verdad pura y hacerse digo de ella a través de un caminar en el amor. Solo entonces el conocimiento espiritual impartido se vuelve comprensible para él, de lo contrario, se desvanece sin dejar una impresión en su oído o permanece mal entendido o se interpreta de manera completamente incorrecta. Porque ciertamente Dios da Sus revelaciones al receptor de una manera comprensible, pero esta comprensión se debe a la obra del espíritu en el hombre, y donde este ahora no puede hacerse efectivo, el hombre carece de comprensión, siempre que no cumpla previamente la condición.

Por eso, una persona que no está llamada a hacerlo nunca debe tratar de interpretar la revelaciones divinas mientras él mismo no esté en contacto con el reino espiritual y sus mensajeros. Estos ciertamente pueden influir en su pensamiento y tratar de guiarlo correctamente, pero se requiere un cierto entrenamiento por parte de los seres espirituales para poder captar las verdades espirituales, para lo cual es necesario la voluntad del ser humano, que ahora se somete a las condiciones que le son puestas. Porque tan pronto como es instruido por el Espíritu divino, se vuelve claro y brillante en él y cada don complementa su conocimiento y aumente su riqueza espiritual.

Debido a que son solo verdades puramente espirituales, es un conocimiento que no tiene sentido para el mundo terrenal porque no le otorga a la gente ningunos bienes materiales terrenales, porque solo afecta al reino espiritual y simplemente parece inaceptable para la gente mundana. Pero hace feliz a cada uno que se esfuerza espiritualmente, que desprecia al mundo y se esfuerza por una vida de amor... Porque conoce el valor de los bienes espirituales y nunca los abandonará por los bienes más altos del mundo...

Pero es un rechazo tácito cuando un don espiritual se acepta con desgana, cuando el intelecto no se activa, es decir, el hombre no toma una posición mental al respecto y el don de ninguna manera toca la voluntad y la estimula a la actividad. Pero entonces no dispondrá nunca sobre un conocimiento en el área espiritual porque nunca lo podrá obtener a través del mundo. Y el propio pensamiento intelectual no es suficiente para penetrar en las profundidades de la sabiduría divina. Solo hay una posibilidad... a través de la obra del espíritu en el hombre... ser llevado a la verdad, al conocimiento espiritual. Si no se aprovecha esta posibilidad, el ser humano permanece ignorante y sin luz, aunque tenga a su disposición grandes conocimientos terrenales.

Pero el espíritu obra desde dentro, porque incluso lo que se transmite al ser humano desde fuera debe hacérsele comprensible desde dentro, de modo que la verdad nunca pueda ser transferida al ser humano a modo de escuela, sino que a este conocimiento también pertenece absolutamente la obra del espíritu, si también ha de ser reconocido como verdad por el hombre. La fuente correcta del conocimiento espiritual sigue siendo la Palabra de Dios, pero esta también debe ser explicada por el espíritu de Dios, de lo contrario, puede ser malinterpretada y ahora también puede ser transmitida incorrectamente.

Sin embargo, si una explicación encuentra algún tipo de resistencia por parte del alumno, entonces el sentido de esta le queda oscuro, porque se cierra al rayo de luz que quiere irradiar a través de él. Por lo tanto, cada enseñanza errónea que se ha anclado en una persona es causada por su propia voluntad en la medida en que ha aceptado irreflexivamente una enseñanza impartida desde fuera y ahora la ha retenido como verdad. De esta manera se hace incapaz para la obra del espíritu, porque no presta atención a su voz, ya que se cree estar en la verdad...

Pero el ser humano siempre debe prestar atención a la voz interior si quiere ser enseñado por el Espíritu de Dios. Pero entonces se le abrirá un conocimiento que le compensará completamente por el esfuerzo de escuchar hacia dentro... Porque la verdad de Dios es un bien precioso que no se le puede quitar nunca, sino que crece constantemente, cuanto más da el hombre y más fácil le resulta liberarse de lo que antes se le ofrecía como verdad... Porque Dios exige la aceptación incondicional de Sus enseñanzas porque cualquier resistencia reduce la posibilidad de penetrar en la verdad divina...

amén

Traducido por Hans-Dieter Heise