Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/3228

3228 Problema de Cristo....

21 de agosto de 1944: Libro 42

Así como la vida del hombre interior se relaciona con el mundo exterior, así también se relaciona el espíritu con el alma, porque el alma es la envoltura del espíritu, y el espíritu solo entonces puede estar activo según su determinación, si ya no se enfrenta a ningún obstáculo por parte del alma. Del mismo modo, el hombre interior solo puede desarrollarse cuando el mundo exterior le deja intacto.

Pero el hombre interior ahora debe ser comparado de nuevo con el alma, con la envoltura de lo espiritual.... En relación con el mundo exterior probablemente internamente, pero en relación en espíritu sólo externamente, porque la vida interior del hombre es el sentir, pensar y querer, y en cuanto esto ya no se opone al espíritu, ya no significa un grillete exterior para el espíritu, sino que se ha unido con el....

Y entonces la obra del espíritu es ilimitada, puede desarrollarse en una medida sumamente rica, y entonces el ser humano progresa inexorablemente en su desarrollo porque ha comprendido el propósito de su vida terrenal y también lo cumple.... Este conocimiento de la vida del espíritu en el hombre es necesario de antemano para poder explicar al hombre el problema de Cristo, para hacerle comprender por qué el hombre Jesús alcanzó la máxima perfección en la tierra, por qué el poder y la sabiduría de Dios estaban disponibles para Él y por qué ahora debe ser tratado igual que un ser divino.

La persona debe saber primero qué se entiende por el desarrollo superior de lo espiritual en el hombre, debe saber que este estado de unión del alma con su espíritu es el resultado de una vida en el amor desinteresado. También debe saber que, y por qué el amor es necesario para la redención de lo espiritual en el hombre y, por lo tanto, también de todo el género humano, solo entonces podrá comprender por qué un hombre ha realizado la obra con un amor excesivamente grande que debería redimir a toda la humanidad.... pero nuevamente solo trae redención a la persona que reconoce a Jesucristo y Su Obra de Redención.

Pero el hombre también tiene que saber sobre el estado de la culpa, en el que aún reside todo lo espiritual en la materia, y cómo esta culpa produce efecto en la tierra como en el más allá. Sólo entonces penetra en este gran problema en la tierra, y este reconocimiento también le trae luz a otras innumerables cuestiones espirituales, que antes le parecían insolubles. La luz ahora lo penetra desde adentro, y él puede responder todas las preguntas por sí mismo y ya no necesita instrucciones del exterior que nunca podrá transmitirle la sabiduría correcta, si no se ha convertido previamente en luz en si interior.

La luz que irradia a través del ser humano desde adentro solo se puede ganar a través de la obra de amor, porque entonces el espíritu divino en el ser humano despierta a la vida, porque a través del amor Dios Mismo se conecta con el hombre, porque entonces Él Mismo está activo en él, porque entonces el hombre va por el mismo camino que Jesucristo, para espiritualizarse él mismo a través del amor, para asimilarse a la Deidad eterna y llegar a ser, en cierta medida, Su imagen.

Entonces el hombre tiene a Dios en sí, tiene la luz en sí, que fue encarnada en Jesús en la tierra y por lo tanto era visible para todos los hombres.

Por tanto, un verdadero cristiano es sólo aquel que vive en el amor y, por tanto, se asemeja a Cristo, que así se cristaliza a través del amor para que sea completamente irradiado por el amor de Dios, que revienta todas las envolturas que impiden que la chispa divina se desarrolle libremente.... Solo este puede llamarse cristiano, porque en él hay la misma vida que en Jesucristo, en él hay luz.... conocimiento y sabiduría y, por lo tanto, también poder y fuerza.... pero en el mismo está también al mismo tiempo la voluntad de ayudar a todos los que aún están en la oscuridad.

El impulso redentor cobra vida en ellos, saben de estar atados y quieren llevar lo que está atado a la libertad. Ahora participan en la Obra de Redención de Cristo, y su ser está inspirado por el mismo pensamiento que una vez movió a Jesucristo a aceptar la muerte en la cruz.... Ellos también estarán dispuestos a hacer sacrificios cuando se trate de llevar la salvación a sus semejantes en la angustia espiritual, y esta disposición de hacer sacrificios corresponde con su obra de amor, por lo tanto, según el amor divino que irradia a través de ellos .... Porque cuanto más cerca está el alma humana al divino Redentor, más fuerza puede recibir de Él, y así es importante estar activo en la tierra de una manera redentora y esto bajo el establecimiento de la propia vida terrenal....

Aquel hombre puede lograr todo que está unido con Dios, que ya ha encontrado la unión con el Amor eterno en la tierra, que ha absorbido plenamente a Cristo en sí mismo, es decir, siguiendo Su ejemplo a través de la actividad de amor celoso, despertando la chispa divina y de ese modo concede la entrada al amor divino, que ahora brilla a través de él y le convierte en un recipiente resplandeciente del Espíritu divino, que ahora obra con luz y fuerza e impulsa a la acción para ser redimido....

Amén

Traducido por Hans-Dieter Heise