Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/3226

3226 “Buscad primero el reino de Dios....”

20 de agosto de 1944: Libro 42

Buscad primero el reino de Dios y vais a poder pasar la vida terrestre sin preocupación lo que se necesita para el cuerpo, porque todo eso se os va dando como el señor lo ha anunciado. Porque solamente hay una cosa importante, que despleguemos la vida del alma, entonces Dios mismo se preocupará de llevar bien vuestras necesidades corporales. Pero en el momento en el que perdáis la fe en esa promesa, tenéis que preocuparos vosotros mismos y entonces vais a ser atrapados en las redes del adversario, que intenta de pasaros esta preocupación con la major importancia para frenar vuestros pensamientos en vuestro alma. Y ahora corréis el peligro de convertiros en materialistas, de concentrar vuestros pensamientos y actos únicamente en la ganancia de materia, en preocupación continua por el cuerpo, descuidar el reino divino y finalmente pasar el día solamente de manera terrenal sin la consideración del bien del alma. Solo una meta os ha puesto Dios para vuestra vida en el mundo.... que vuestro alma se desarrolla hacia lo alto.... y para lograr este reto, tenéis que soltar la materia, no debéis pedir nada que no sirva al alma. Podeis liberaros por completo de vuestras preocupaciones mientras pensáis en la promesa de Cristo, porque Su palabra es la verdad, así buscad primero el reino de Dios y así cumplís a Su voluntad y entonces Dios se preocupará de vosotros. Pero el anhelo del hombre se dirige mayormente al sustento y la buena vida del cuerpo, y eso en exceso, de modo que el anhelo espiritual se queda atrás y no se puede lograr ningún avance espiritual.

Y es la falta de confianza en el amor de Dios, que todo mantiene lo que ha creado. Con la creencia y la confianza en la ayuda divina, el hombre puede deshacerse de cualquier preocupación terrestre, puede ir fácilmente y sin preocupaciones por la vida terrenal, mientras se concentra en el bien de su alma, mientras intenta acercarse al reino divino con toda voluntad intentado cumplir en todo la voluntad divina y anhela llegar al reino de Dios. Pero esa creencia casi ya no existe entre los hombres y por eso ellos mismos crean un mundo lleno de preocupaciones y problemas, se cargan un peso encima, que Dios el señor les ha prometido a cargar, si intentan de cumplir con su tarea de vida.... adelantar al bienestar espiritual del bienestar corporal. Dios mantiene toda la creación, Él cuida de la existencia de ella, y todo se desarrolla según Su voluntad. Y por eso Su preocupación vale igualmente para el ser mejor desarrollado, el hombre, y su existencia en la tierra está asegurada igual que la de la creación entera. Pero Dios lo hizo dependiente de la voluntad del hombre, Él le hizo una condición, y el cumplimiento de la cual le asegura una existencia sin problemas. Pero si los hombres pasan por encima, entonces tienen una vida muy pesada, porque les falta el cuidado divino por el cuerpo. Por el bienestar del alma se le daba al hombre la vida en la tierra, y por eso se tiene que pensar primero en el alma, tiene que darle todo lo que le haga falta para una madurez espiritual.... y esa se puede sacar y recibir únicamente del reino espiritual. Siempre se tienen que dirigir los sentidos del hombre al reino espiritual, porque al reino terrenal no se le proporciona los alimentos que le haga falta. El reino terrestre solamente cuida de las necesidades corporales, pero el hombre debería dejarse regalarlas por Dios con toda confianza y fe, como lo ha anunciado, y cuanto más anhelan el reino divino, aunque no se lo den, el alma recibirá más lo que necesita. Arrojad todas las preocupaciones al Señor.... Él se los quitará de manera que os unáis intensamente a Él, más se suelta vuestro alma de lo terrestre y persigue, lo que mejora la unificación con Dios. Y en sus cuidados estaréis muy protegidos, no os faltará de nada, porque Él está lleno de amor y poder, Él puede preocuparse de vosotros, y se va a preocupar de vosotros, si buscáis a Él y a Su reino....

Amén

Traducido por Bea Gato