Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/3155

3155 Maduración del alma en el engranaje del mundo....

11 de junio de 1944: Libro 41

En el ajetreo y bullicio del mundo, el alma humana permanece subdesarrollada mientras no pueda separarse en horas de tranquilla contemplación o establecer una conexión con Dios a través de un celoso trabajo de amor, que se le da la plena oportunidad de hacer, incluso en medio del mundo. Y, sin embargo, el hombre está colocado en ello para poder superar al mundo y encontrar en ello el camino hacia Dios, porque esto requiere una mayor fuerza de voluntad. Si una persona se cierra al mundo, su mérito es menor porque evita todas las tentaciones y resistencias; no necesita librar la lucha a la que está expuesta una persona que no se escapa del bullicio y ajetreo del mundo.

Cuanto mayor es la resistencia, más fuerza requiere, pero mayor es el éxito que el alma puede alcanzar cuando supera toda resistencia. Y por eso se impone grandes exigencias al hombre que no debe evadir. Debe cumplir su tarea terrenal, debe estar expuesto a las tentaciones terrenas, pero nada debe impedirle buscar una conexión íntima con Dios, porque de ahí también saca su fuerza para cumplir las exigencias terrenales. Aún podrá espiritualmente activo si eso es lo que quiere.

Pero si una persona ni vive en el amor ni encuentra tiempo para reflexiones interiores que le introduzcan en el reino espiritual, permanecerá en el mismo nivel de madurez espiritual o se desarrolla hacia atrás si la materia le cautiva y está desprovisto de todo amor. Entonces vive su vida en la tierra en vano, pero ni siquiera esta reclusión cambiaría espiritualmente a esa persona, sino que sólo la haría gruñona e insatisfecha porque el esfuerzo espiritual les es ajeno y no puede satisfacer sus deseos terrenales.

El hombre puede entregarse a Dios en todas las situaciones de la vida y su corazón lo impulsa a hacerlo, y así también puede servir a Dios siempre en todas partes; el ajetreo y el bullicio del mundo le dará a menudo la oportunidad para ser activo en el servicio a prójimo, mientras que la persona en la soledad sólo vive para sí sola y se ve obstaculizado en el trabajo del amor. Pero esto último lleva al hombre a la madurez por lo acerca a Dios y, por lo tanto, se debe aprovechar cada oportunidad para practicar el servicio al amor al prójimo.

En el ajetreo y bullicio del mundo a menudo se pueden ver mayores oportunidades de desarrollo para las personas, porque las necesidades y los sufrimientos requieren la ayuda de cada ser humano puede brindar a sus semejantes, y la necesidad terrenal también es extraordinariamente grande en medio del mundo y éste también es un campo de actividad en el que la gente puede tener mucho éxito. Y por eso Dios llama a sus siervos en medio del mundo, y les presenta las necesidades de sus semejantes, para que ahora puedan trabajar con diligencia, para que practiquen el amor y den amor en medio del mundo, y en horas de contemplación interior ganar la fuerza para superar todas las tentaciones y para vencer las resistencias del mundo, y hacer madurar hacia lo alto en medio del mundo....

amén

Traducido por Hans-Dieter Heise