Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/2860

2860 Inmortalidad.... Alma....

25 de agosto de 1943: Libro 37

Todo lo que Dios ha creado, es fuerza mental, e imperecedero como tal. Sin embargo, las creaciones visibles están sujetas a cambios constantes, por lo que no desaparecen por completo, sino que solo cambian en sí mismas, e incluso si ya no son visibles, no dejan de existir, porque la fuerza de Dios disuelve la materia solo temporalmente hasta que lo mental en ella nuevamente necesita una nueva forma externa. Este cambio ahora también contribuye que lo mental se puede desarrollar, de modo que nunca permanece en el mismo estado, sino que siempre alcanza un mayor grado de madurez, hasta que puede entrar en su última forma, la encarnación como ser humano.

El hombre también es imperecedero en cierto sentido, pero de nuevo solamente la forma externa.... su cuerpo.... mientras que el alma.... lo mental en el hombre, también sobrevive la última forma externa y entra en la eternidad como un ser incorpóreo.

Para el ser humano en la tierra, esto mental, el alma, no es visible.... y, sin embargo.... es el ser real.... El que necesita la cobertura corporal solo con el propósito de la última maduración en la tierra.

Pero después de la muerte del cuerpo, el alma continúa su vida sin ninguna cobertura, y por lo tanto solo visible para los seres mentales, quienes son completamente independientes de la tierra y de cualquier sustancia terrenal. Lo que Dios ha creado durará eternamente, pero la forma de existencia y el estado.... de lo que fue creado por Dios.... Puede ser muy diferente.... Y, en consecuencia, más o menos visible, aunque no puede desaparecer eternamente para nada.

El ser humano con sus ojos corporales puede mirar todo lo creado solo en la etapa donde

dispone de envolturas materiales, y solo estas son visibles para el ojo corporal, ya que solo puede ver lo mental en la forma externa si tiene un alto grado de maduración mental. Y, por lo tanto, la inmortalidad del alma humana es en su mayor parte dudosa, porque el hombre quiere creer lo que ve y lo que puede probar. Pero con cierta reflexión, ganará el reconocimiento de que todo ha salido de Dios y, por lo tanto, no puede ser transitorio, a pesar de que pierde su envoltura corporal.

Solo cuando ha reconocido lo mental en sí mismo, cuando lleva una vida mental aparte de su vida terrenal y externa, considera la materia como una envoltura necesaria para el desarrollo, que para lo mental es solo un medio para un fin. Entonces él también sabe, que lo mental no tiene fin, pero que la cobertura externa es de duración limitada y permanecerá según la voluntad divina, que luego libera lo mental para una vida fuera de la tierra, fuera de la materia, que nunca se detiene, pero durará para siempre.

Por lo tanto, la vida terrenal solo puede considerarse como una fase de transición en la que lo mental, el alma, tiene que superar su última forma externa, para que luego pueda entrar en una esfera completamente sin cobertura, en la que comienza su vida real.... en libertad y consciencia de su fuerza, de la que carecía en la tierra, siempre y cuando aún no había alcanzado la madurez mental necesaria.... donde es consciente de que vive eternamente y que nunca puede morir.... Porque, lo que es de Dios, es imperecedero.... Amen

Traducido por Meinhard Füssel