Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/2740

2740 Lucha contra las diferentes direcciones espirituales permitidas por Dios....

15 de mayo de 1943: Libro 34/35/36

Quien quiera confesar a Dios ante el mundo, debe ser de fe convencida, de lo contrario no podría resistir las persecuciones y amenazas del mundo. Pero la fe convencida no le deja desanimarse porque no duda de la ayuda de Dios, si es necesaria. La fe convencida, sin embargo, no puede aprenderse ni transferirse en las escuelas, debe ganarse mediante la reflexión seria y la oración correcta.

Y es por eso que Dios permite la lucha contra las diferentes direcciones espirituales, para ocasionar a la gente a pensar en los pros y los contras de las diferentes doctrinas de la fe. El hombre ha sido empujado principalmente hacia una dirección espiritual, al principio en contra de su propia voluntad, es decir, pertenece a la dirección de espíritu que le fue presentada como correcta por sus semejantes o cuya enseñanza ha recibido a través de la educación....

Y entonces hay muchas direcciones enfrentadas entre sí, y cada una afirma ser correcta. Tan pronto como una persona piensa seriamente, debe reconocer la naturaleza raída de algunas doctrinas y rechazarlas como inaceptables, y lo hace tan pronto como se esfuerza seriamente por Dios y la verdad.

Si ahora una dirección de espíritu se ve influenciada por medidas o prohibiciones humanas, entonces la persona toma una posición particularmente especial, y este es el propósito o la causa por la que Dios permite que el mundo proceda, porque ahora existe la oportunidad de intercambiar las más variadas opiniones y reflexionar sobre cada una. Nada sucede en el mundo sin un propósito, e incluso cuando la voluntad humana lucha por lo contrario, Dios dirige el efecto de la voluntad incorrecta de tal manera que el hombre puede obtener una ventaja espiritual de ella si no la resiste.

La lucha de fe venidera se librará con tanta fuerza que el hombre tendrá que tomar una decisión, porque se trata de su bienestar terrenal y de su vida. Y entonces todo el mundo se preguntará lo que gana y a lo que renuncia si se decide por Dios o por el mundo. Y entonces solo resistirá aquel que esté (firmemente) convencido de la fe. Pero este último presentará su opinión, defenderá a Dios y lo confesará en voz alta ante todo el mundo.

Porque penetró en el conocimiento espiritual a través de una sería reflexión, y por eso nada le asusta, lo que la gente también hace contra él, porque se siente protegido por Dios, a Quien ha reconocido. Dios Mismo lo introdujo al conocimiento espiritual y ha fortalecido su fe a través de esto, para que resista a toda tentación.

Porque en cuanto el hombre piensa seriamente y se profundiza espiritualmente. Dios Mismo está cerca de él y lo instruye mentalmente y el resultado es una fe firme y convencida que los hombres ya no le pueden robar. La lucha contra las diferentes direcciones de espíritu tiene el efecto de que la gente toma una posición más que nunca, en parte forzada por medidas mundanas o por su propia voluntad para llegar a la luz. Y una reflexión seria siempre es beneficiosa, porque solo ahora cobran vida las doctrinas, solo ahora el hombre mismo despierta a la vida y estará activo; aceptará lo que le parece aceptable y rechazará lo que no puede afirmar con seguridad.

Y es por eso que Dios permite las luchas religiosas, para que las personas se decidan antes de que se les exija una decisión. La lucha religiosa se llevará a todos los círculos, altos y bajos, pobres y ricos, viejos y jóvenes se verán afectados por ella, y la pregunta surgirá en todos: ¿Qué puede defender con convicción? Y para poder responder a esta pregunta tiene que tomar una posición mental lo que se le fue ofrecido como tradición hasta ahora, lo que ha tomado de nuevo de la gente. Y solo entonces podrá representar con convicción o expresarse igualmente convencido en su contra, dependiendo de la voluntad de la persona por la verdad y de su esfuerzo hacia Dios....

Amén

Traducido por Hans-Dieter Heise