Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/2357

2357 Al creer en el poder espiritual, el hombre puede hacer todo...

3 de junio de 1942: Libro 32

Los problemas más tremendos pueden resolverse sin esfuerzo con la ayuda del poder espiritual. Lo que no parece posible al hombre solo, podrá hacerlo si usa el poder espiritual disponible para él; y donde hay límites para el conocimiento terrenal, ahí no hay barreras para el hombre que hace uso del poder espiritual. El hombre no puede hacer nada sin el suministro de poder por parte de los seres espirituales y, sin embargo, solo rara vez reconoce a los donantes de este poder porque, por un lado, carece de conocimiento al respecto y, por otro lado, no quiere aceptar nada lo que no pueda ver o probar en la tierra. Pero esta actitud desdeñosa es una deficiencia que da como resultado una fuente de alimentación reducida porque los poderes espirituales solo pueden entrar en acción donde son reconocidos y, por lo tanto, solicitados conscientemente.

Pero la obra de los poderes espirituales no se puede probar a los hombres; solo se les puede informar al respecto, sin embargo, solo de manera que no se vean obligados a creer en los poderes espirituales. El poder espiritual es un influjo divino, es decir, una irradiación divina, que empuja por todas partes donde no encuentra resistencia... Sin embargo, la irradiación divina debe ser algo eficaz en sí misma, es decir, debe lograr algo... quienquiera que esté imbuido de ella, debe ser capaz de lograr algo que supere las capacidades terrenales, porque el poder, que fluye directamente de Dios a Sus criaturas, debe capacitar al hombre para realizar un acto que de otro modo no podría realizar.

Como resultado, el hombre puede lograr cosas que parecen extraordinarias y, sin embargo, pueden explicarse de la manera más simple al suministrar la corriente de poder que Dios ha concedido a cada ser humano, pero que se usa muy raramente. Y por eso no tiene por qué haber nada extraordinario para el hombre porque todo es explicable si acepta lo único, que Dios le da al hombre todo de lo que carece si el hombre lo quiere recibir.

Si cree que Dios es todo poderoso, que Él puede hacer todo y que Dios es el ser más amoroso, Que quisiera dar Su poder a los hombres, entonces ya no le parecerá extraño que él también reciba el poder de Dios y luego lo deseará conscientemente, es decir, lo pedirá... Sólo entonces los poderes espirituales pueden entrar en acción, es decir, servir como mediadores entre Dios y los seres humanos, es decir, como intermediarios de poder, recibiendo el poder de Dios y transmitiéndolo a los hombres quienes, a través de la oración, se hacen receptivos a esta corriente de poder. Y tan pronto como la fe es fuerte, el hombre ahora también usa este poder para una obra extraordinaria...

Será capaz de lograr lo que de otro modo le sería imposible, penetrará en áreas del conocimiento que de otro modo le estarían cerradas y será capaz de lograr cosas que superan las fuerzas humanas, porque siempre hay poderes espirituales obrando, siempre se puede usar un poder para lo cual no existe un límite de posibilidad de ejecución. Porque es poder divino, la irradiación de Dios, que Dios concede a todas sus criaturas, y que solo se necesita su disposición para poder recibirlo...

amén

Traducido por Hans-Dieter Heise