Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/1410

1410 Rebelándose contra la voluntad divina es la causa del estado atado....

7 de mayo de 1940: Libro 23

La completa liberación de lo espiritual de la forma debe ir precedida de una completa subyugación de la voluntad, porque la rebelión de la voluntad contra la voluntad divina ha llevado a lo espiritual al estado desterrado, por lo que este estado debe ser abolido mediante la sumisión, es decir, lo espiritual debe ser redimido de la forma que lo ha mantenido cautivo desde tiempos inmemoriales. Entonces la rebelión divina fue la causa del estado proscrito, lo espiritual surgido de Dios pecó contra su Creador al no reconocer la voluntad divina y oponerse a ella con su propia voluntad.... ha tenido que sufrir este pecado a través de tiempos interminables, a través de una completa falta de libertad.

Se le permitió anda el camino hacia arriba con cierta falta de libertad de la voluntad hasta que el amor divino le volvió a dar el libre albedrío y dejó al ser decidir nuevamente a favor o en contra de Dios.... Y con eso se le da al ser la oportunidad de liberarse del estado prohibido que fue el resultado de su libre albedrío mal utilizado, del que se puede liberar ahora si ahora usa su voluntad correctamente. Y este “uso correcto” consiste en la completa subordinación de la propia voluntad a la voluntad divina....

Y por eso el amor divino busca darse a conocer a todos Sus seres, para que lo espiritual no redimido desee este amor.... y sienta dentro de sí el impulso de estar conectado con ello.... y ahora se entrega a la voluntad divina y abandona toda resistencia a Dios. El ser, por tanto, permanecerá en esta forma mientras su voluntad no se confiese completamente a Dios.... y quedará libre desde la subyugación de la voluntad. Porque aunque la vida en la tierra aún no ha terminado, es espíritu es libre desde ahora y puede escapar de la forma tantas veces como quiera.

El espíritu de Dios ya no está atado en esta forma, puede esforzarse hacia la altura donde quiera y cuando quiera, porque su voluntad ha buscado y encontrado a Dios, porque ya no hay peligro de que el ser no respete la voluntad divina y puede rebelarse contra Dios una vez. El momento de la liberación ocurre, por tanto, cuando el ser haya sacrificado su voluntad, cuando toda la voluntad se dirige a conectarse con Dios y cuando la propia voluntad se somete incondicionalmente a la voluntad divina. Someterse a la voluntad divina es, por tanto, lo único por lo que el ser debe esforzarse....

(interrupción)

Traducido por Hans-Dieter Heise