Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/1359

1359 Exigencias.... Siguiendo a Jesús.... Perdón de pecados....

28 de marzo de 1940: Libro 23

Las exigencias que Dios impone ahora al hombre son las mismas hoy que cuando Jesús camino sobre la tierra. El señor dio Su sangre por todos los pecadores y también asumió los pecados de todos. Cada hombre tenía derecho a la gracia de la Obra de Redención si la reconocía como tal. Y el Señor todavía exige lo mismo hoy. Hay que reconocer la Divinidad de Jesús y el amor infinito de Dios por los hombres, que ha redimido todos sus pecados con Su sangre.

El don de Dios, la redención de la deuda del pecado, fue un don inmerecido que sólo el amor excesivo de Dios ofreció a los hombres. Pero este don nunca podrá darse a aquel hombre que lo rechaza conscientemente. El hombre debe reconocer su indignidad, debe ser consciente, de cuán profundamente se ha hundido por su pecado y de cuán lejos se ha alejado de la Deidad Eterna.... Reconociendo su indignidad, debe pedir al Padre del cielo, suplicar misericordia, confesar su indignidad y, por el bien de la Obra de Redención, por el amor sumamente grande de Jesús, pedir la liberación de sus pecados en la más profunda fe de Jesucristo, el divino Redentor.

Si el hombre ahora Le presenta todos sus pecados, si se vuelve pequeño y humilde ante el amor misericordioso de Dios, si ahora suplica misericordia en la más profunda humildad, y se somete a sí mismo y a su culpa de pecado al Juez eterno para juicio, el Señor le concederá la gracia antes que la justicia.... Por amor a Su hijo pagará toda culpa y, lleno de misericordia, se postrará ante este niño que conscientemente pide la gracia de la Obra de Redención y decidió seguir a Jesús....

Porque cualquiera que desee ser salvo por causa de Jesús también se esforzará por formar su estilo de vida según la voluntad del Señor. Tomará como ejemplo al divino Redentor, se esforzará por seguirlo y para él la Obra de Redención no será sólo un acto de perdón único de los pecados, sino la ocasión de una vida completamente nueva.... Toda culpa será quitada de él y con ella también será quebrantado el poder del adversario para poder ejercer alguna vez una gran influencia sobre tal hombre, que conscientemente se hizo suyo ante el Señor y Salvador al entrar en el círculo de aquellos por quienes el Señor dio Su vida....

amén

Traducido por Hans-Dieter Heise