Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/1070

1070 Propósito de los anuncios.... Maestros en el más allá....

25 de agosto de 1939: Libro 20

Sed conscientes de la bondad y del amor del Señor, y recibido por medio de ellos: Las transmisiones del Señor tienen principalmente como motivo un perfecta formación del receptor. Por lo tanto, el niño terrenal que recibe debe ser instruido continuamente en todas las áreas para poder seguir transmitiendo lo ofrecido a los hombres y, por lo tanto, para poder predicarles el Evangelio. No sólo un solo hombre debe adquirir conocimiento a través de estos anuncios, sino que el conocimiento tiene que ser difundido y servir a un desarrollo ascendente del ser humano.

Y por lo tanto, todas las fuerzas del más allá que están activas en la enseñanza deben participar. Las fuerzas de enseñanza actúan en un cierto orden y los anuncios se basan en la voluntad de recibir del niño terrenal.... El deseo del niño es decisivo en cuanto a la instrucción espiritual que recibe. Y por lo tanto, un mayor amor por Dios y una fe más profunda serán recompensados en consecuencia a través de anuncios, que en su profundidad y sabiduría hacen feliz al niño terrenal. Y si éste ahora se esfuerza por el mayor progreso espiritual posible, entonces también aumenta la capacidad de recepción para dones espirituales, y no podrá hacer lo suficiente en el trabajo espiritual y siempre solo querrá recibir.... y esta voluntad le traerá resultados cada vez mayores.

La acomodación voluntaria de un alma receptiva es particularmente deseada por los maestros del más allá, porque hace que su actividad docente sea mucho más fácil, ya que hay menos obstáculos para la transmisión intelectual.... Ahora cada anuncio tiene que cumplir tanto el propósito de la enseñanza como también transmitir la fuerza espiritual al mismo tiempo porque cada don ofrecido de arriba es fuerza espiritual en sí misma, y el niño terrenal sentirá esto a través de una mayor voluntad para el trabajo espiritual. Y por eso crece cada vez más la sed de acción para trabajar por el Señor y llegar a ser un trabajador vigoroso en Su viña, y esto es de tanta importancia, porque recién ahora el niño terrenal también usa las enseñanzas recibidas, transmitiéndolas voluntariamente y sirviendo así según la voluntad divina.

La actividad de los seres docentes en el más allá es tan variada. Deben tener en cuenta la disposición del niño terrenal y, al hacerlo, ejercitar la mayor paciencia para que el resultado de su esfuerzo sea satisfactorio y la obra de redención en la tierra tenga éxito. Pero si la voluntad de la persona es buena, también su fuerza es bastante grande, porque se le da más y más mientras pida.... Y sólo la debilidad de la voluntad, la debilidad de la fe y la flojedad de las actividades amorosas disminuyen la medida de los dones espirituales.... Pero mientras el niño terrenal pida fuerza y gracia, no cejará en su esfuerzo y, por lo tanto, se le permitirá extraer sabiduría sobre sabiduría, porque las fuerzas docentes en el más allá son siempre sólo dispuestos a dar en su actividad amorosa y para eso sólo necesitan la voluntad del ser humano.

Los seres de luz se comunican a los seres humanos hasta tal punto que sus dones son verdaderamente suficientes para que el conocimiento se adquiere en el menor tiempo posible, pero siempre se debe tener en cuenta que la tarea espiritual del receptor no pase desapercibida.... Quien recibe mucho también debe dar mucho, y solo la voluntad de repartir los dones que le llegan permite al niño terrenal aceptarlos una y otra vez. Puede así sacar de la fuente de la sabiduría divina, siempre que dé de beber también a otros que tienen sed, y por eso el padre saciará siempre y constantemente su sed porque el niño terrenal no solo desea los dones espirituales para sí mismo, sino también para sus semejantes.... y así declara su voluntad de ser activo como maestro en la tierra....

amén

Traducido por Hans-Dieter Heise