Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/1032

1032 Misericordia.... Enfermos y débiles....

31 de julio de 1939: Libro 19

Cuidad de los enfermos y débiles y recordad que ellos tienen que sufrir y necesitan vuestra ayuda. Debéis practicar la misericordia y pensar con constante cuidado de estos pobres, cuyo sufrimiento físico les hace insoportable la vida terrenal; debéis tratar de aliviar este sufrimiento y sacrificar todo vuestro tiempo para ayudarlos. Esto agrada a Dios, porque siendo todos hijos de Dios, también debéis preocuparos los unos por los otros y no dejar que surja en vosotros el desamor y la indiferencia hacia el sufrimiento del prójimo.

Cuantas veces los hombres pasan de largo a los enfermos y los débiles sin ofrecerles una palabra de consuelo, y cuán profundamente deprime esto a los que sufren. En su estado están desamparados y agradecidos por cada palabra que el amor les concede. Y cuántas veces tienen que morirse de hambre porque ninguna palabra amable llega a sus oídos. Están solos y una profunda tristeza se apodera del alma porque tiene hambre de amor y se da mal.... Y el Señor enseña la misericordia.... y promete la bienaventuranza eterna porque la misericordia presupone el amor, y sólo el obrar del amor trae salvación al alma. Y la misericordia es el amor al prójimo más puro, porque quiere ayudar y no espera nada a cambio....

El hombre puede enfermar en cuerpo y alma.... y siempre es indescriptiblemente valioso traerle ayuda.... para ofrecer consuelo al físicamente débil y dar el remedio adecuado al que está enfermo de alma por caridad misericordiosa.... Porqué el sufrimiento del cuerpo llegará a su fin una vez, pero el del alma no, si el amor activo al prójimo no le encuentra y le trae ayuda a salir de su miseria. Pero el hombre débil y enfermo necesita doble apoyo porque la debilidad del cuerpo a menudo también deja que el alma se hunda en la debilidad, y sólo puede ser ayudada por el amor desinteresado, que por así decirlo, despierta el alma de su letargo y ahora la estimula a mejorar, para cuidar la mejora de su estado. Entonces el hombre también sobrelleva con paciencia su sufrimiento físico, por lo que sólo el alma ha encontrado la cognición correcta, y esto a través del amor activo del prójimo, que la apoyó en la necesidad.

Cualquiera que practique la misericordia puede otorgar bendiciones indescriptibles, pues el niño terrenal sentirá esto tanto espiritual como físicamente, y por lo tanto debe sentirse aliviado por el reflexivo y dirigir su mirada hacia arriba a través del poder espiritual que irradia a éste, a través de cada acto de amor, y así el amor y la misericordia tendrán un efecto doblemente beneficioso para el estado del alma, y por lo tanto no olvidáis dar vuestra ayuda y vuestra amorosa simpatía para levantarlos física y espiritualmente y hacer que su sufrimiento también se convierta en un tiempo de maduración.... y el Señor bendecirá a los que, llenos de misericordia, se inclinen ante sus semejantes que sufren....

amén

Traducido por Hans-Dieter Heise