Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/0824

0824 Escalando las montañas.... Luchando por las alturas espirituales....

23 de marzo de 1939: Libro 17

Veáis, so os esforcéis por escalar montañas, no os debe faltar determinación, porque todo lo que está en lo alto hay que escalarlo, por así decirlo. No es fácil para una persona perezosa llegar a su meta, porque tiene que usar el doble de fuerza para luego mirar hacia abajo con el doble de satisfacción y bendecir el camino recorrido que lo ha llevado hacia arriba. Es esfuerzo espiritual debe ser considerado de la misma manera, Es también una voluntad constante de subir a la cumbre, que es la perfección espiritual. El caminante incansable sube con certeza a las alturas, siempre que no se deje desanimar por el trabajo y el esfuerzo que le trae el camino. Su mirada está dirigida hacia arriba, no escatima esfuerzos y siempre se esfuerza hacia la meta.

Cuando se hace la caminata en la tierra de la misma manera, cuando el hombre también asume todos los esfuerzos y penalidades con los ojos dirigidos hacia arriba, cuando no se deja engañar por las alegrías momentáneas del mundo, sino que ya envía a su alma hacia las regiones superiores y tiene toda la voluntad de alcanzar las alturas espirituales, entonces también un día podrá mirar hacia atrás con satisfacción en su camino terrenal, y nunca se arrepentirá de lo que entregó para alcanzar esta meta, para estar en la luz y ser aliviado de todo sufrimiento.

Quien éste en la cima de la montaña y se siente libre de todas las cargas terrenales, quien crea que allí está más cerca de su Señor y Creador, quien ahora deja vagar su mirada por áreas infinitamente amplias y viéndolo todo en su esplendor y belleza, podrá imaginarse a grandes rasgos la libertad espiritual en que el alma puede ver todo lo que le rodea después de haber terminado el ascenso, cómo se siente libre de toda pesadez terrenal y, estando en la luz del divino sol de gracia, se le permite disfrutar de una bienaventuranza indecible. E incluso si el ascenso es arduo, la recompensa es tan incomparablemente gloriosa que supera mil veces todo el sufrimiento y la renuncia que han pasado antes....

amén

Traducido por Hans-Dieter Heise