Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/0818

0818 Obra educativa de Dios.... Inercia mental.... Propósito del sufrimiento....

20 de marzo de 1939: Libro 17

Vosotros, que todavía camináis sobre la tierra, os acercáis a un tiempo que será indeciblemente doloroso para vosotros, y tendréis que afirmaros frente a todas las dificultades que os tocarán. Lo que el Creador del cielo y de la tierra permite es siempre sólo un medio por el cual quiere ahorrar un día a Sus criaturas el sufrimiento mental, que tiene efectos mucho más dolorosos en el más allá y que el hombre puede evitar cuando acepta con devoción el sufrimiento terrenal y sale de eso purificado y madurado en el alma.

El hombre en su estrechez de miras, que es la consecuencia de la incredulidad, no puede comprender la obra educativa del Padre celestial. Murmura y se queja y no pocas veces se inclina a negar por completo una Deidad eterna, porque la regla de Ésta le parece incomprensible. Y no reconoce el amor y la paciencia de Su Creador, Que tiene que elegir este camino, porque no se presta atención a Sus numerosas admoniciones desde arriba, y el tiempo se ha vuelto cada vez más serio, el hombre se ha vuelto cada vez más perezoso en su trabajo espiritual y sólo se preocupa por cumplir con sus deberes terrenales, sin importar cómo este cumplimiento de los deberes afecta al alma.

Ahora el mundo espiritual también ser extremadamente activo y debe ahora, por su parte, dar a las personas en la tierra pruebas de su obra en y alrededor de ellas. Porque el hombre ya no encuentra la conexión con su Creador. Una poderosa ruptura de los principios básicos de su vida debe primero obligar al hombre a pensar de nuevo en su “yo”, su principio y su final. En un tiempo completamente tranquillo el peligro de vivir al día en la inercia mental es aún mucho mayor, pero donde se imponen al hombre cargas de cualquier tipo, él todavía se pregunta finalmente en qué sentido se basa toda la vida y cuál es el camino que podría tomar para deshacerse de las preocupaciones y sufrimientos terrenales. Y entonces probablemente toma tímidamente la mano del Padre que se le ofrece amorosamente, que primero le quiere arrebatar de la necesidad espiritual del alma. Este propósito es la única justificación para todo el tiempo venidero de sufrimiento....

amén

Traducido por Hans-Dieter Heise