Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/0756

0756 Adoración de la Virgen María.... Nacimiento de Jesús....

25 de enero de 1939: Libro 16

La vida de Jesús en la tierra estuvo condicionada por un nacimiento normal. La Deidad quería encarnarse en el cuerpo de un ser humano en la tierra y, por lo tanto, este cuerpo tenía que tener un origen natural.... es decir, haber nacido del vientre de una mujer.

Pero en el tiempo de Jesús todo lo extraordinario encontró una rápida explicación.... como aliado con el diablo.... Se trataba de encontrar una explicación natural, pero esta no podía encontrarse de manera fácil, así que la gente se contentaba precisamente con este juicio y, por lo tanto, se trajo a innumerables personas al miscrédito de Dios-apostatas. Según el juicio humano, el nacimiento de Jesús también fue un acto que carecía de todos requisitos previos y así sucedió que la misma explicación se quiso aplicar a una virgen que en todas partes era conocida por ser extremadamente piadosa.

Las extraordinarias apariencias del nacimiento podían haber extrañado a algunos, pero la mayoría les dio poca importancia. Y así sucedió que solo un pequeño círculo tuvo noticias de un nacimiento del tipo más raro.... de un despertar de una vida, la cual carecía de todas las condiciones previas naturales, y era por lo tanto un evento causado por la voluntad y la omnipotencia de Dios.

Esto ahora ha sido evaluado de tal manera que las personas ahora crearon un ser en la forma de la Madre María, a quien adoran, entregan y aman hasta el punto de perjudicar a las persona en su mayor tarea terrenal.... de establecer ellas mismas una conexión con el Señor y Salvador.... Esto se aplica tanto para el uso extraordinario de la intercesión como a la adoración sin sentido que carece de toda justificación, porque la madre de Jesús fue elegida por Dios como resultado de su piedad.... pero de ninguna manera consciente de la gracia sobremanera grande que le fue concedida.... ella era una sierva elegida de Dios, por lo cual solo a Dios merece el honor, ya que todos los seres son Su obra....

amén

Traducido por Hans-Dieter Heise