Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/0730

0730 Leyes divinas.... Pecado....

1 de enero de 1938: Libro 15

Una ley eterna determina las pautas para todo pensamiento y acción, es decir, se requiere el uso de todas las fuerzas para la más estricta observancia de los mandamientos divinos, que a su vez son solo las exigencias claras que corresponden al orden divino y por lo tanto siempre se adaptan a las leyes de la naturaleza dadas por Dios. Una ley, por así decirlo, dictada por el supremo Legislador significa, por tanto, la pauta de todo pensar y actuar, que.... para corresponder a la voluntad de Dios, debe adaptarse a las exigencias divinas. En consecuencia, cualquier desviación o contravención debe ser reconocida y sentida como mala o pecaminosa; asimismo el encajar en el orden divino debe tener tal efecto que la satisfacción interior y el inequívoco progreso espiritual sean el resultado de un andar por la tierra agradable a Dios y observador de Sus leyes.

Donde no se presta atención a las leyes divinas, muy pronto surge una situación inestable, que comprensiblemente se manifiesta exactamente de manera contraria.... en ceguera mental, vida interior subdesarrollada y severa desesperanza con respecto a una vida en el más allá en bienaventuranza después de la vida terrenal. Pero si el niño terrenal siempre está atento a realizar siempre su pensar y actuar en el sentido del orden deseado por Dios su estado espiritual será siempre más lúcido y claro y ahora también podrá distinguir hasta qué punto toda la creación está sujeta a las leyes divinas.... es decir, cuál es la tarea destinada a cada obra de la creación y por qué la violación de los mandamientos de Dios tiene consecuencias tan graves. Porque pronto debe reconocer que ningún ser puede violar las ordenes de Dios, sin sufrir graves daños en relación a lo espiritual.

El hombre ciertamente tiene la libertad de voluntad para oponerse a estas órdenes, pero entonces bajo su propia responsabilidad y riesgo, y en el futuro previsible ningún ser podrá ignorar las leyes sin sufrir daño en su alma, porque en el corto tiempo terrenal uno siempre debe esforzarse por cumplir con todas las exigencias de la Deidad eterna, si el alma ha de poder registrar una ventaja notable. Sólo un reconocimiento total de las leyes divinas y una observancia conscientemente alegre de lo mandamientos de Dios pueden lograr la madurez del alma como Dios Mismo lo quiere.... que el niño terrenal se acerque a Él y se haga digno de Su amor y gracia....

amén

Traducido por Hans-Dieter Heise