Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/0660

0660 Amor.... Corriente de vida.... Fuerza divina.... Liberación

9 de noviembre de 1938: Libro 14

Mira, hija Mía, quien lucha por Mi nombre también tendrá que sufrir en la vida terrenal, pero debierais soportar fácilmente estos sufrimientos porque entonces pensarais en Mí con firme confianza y en el amor por Mí encontraréis alivio y consuelo. Y quien piense en Mi sufrimiento en la cruz en una hora difícil, su corazón arderá de amor y, por así decirlo, llevará la cruz Conmigo.... pero quien carezca de fe tendrá que luchar mucho más duro contra las adversidades de la vida, pero estas deben ser impuestas sobre él si él también ha de encontrar al Padre celestial....

Pero vosotros que Me habéis encontrado, no temáis sufrir, porque Me acerco a vosotros con gran amor y este se acerca de cualquier manera, pero siempre en vuestro beneficio.... El amor no conoce fronteras, es siempre y nunca puede perecer, se apodera de vosotros, Hijos Míos, y no puede dejaros.... Y todo lo bueno tiene sus raíces en el amor, atrae a las personas, las educa y las promueve, permanece invariablemente igual, es siempre el epitome de la creación divina, es la fuerza motriz de todo lo que se esfuerza hacia arriba, es anhelo y plenitud al mismo tiempo.... Y sin amor ningún ser podrá llegar a ser perfecto, es el amor la corriente de vida, que, procedente de Dios, deja que todo surja en la creación y asegura la existencia continua.... Y así el amor nunca se puede apagar, es fuerza divina y por tanto despertando la vida. Lo que entonces vive, debe ser cogido por el amor de Dios y, por lo tanto, ya no puede perecer, porque la fuerza divina nunca puede experimentar una regresión, sino que se volverá cada vez más fuerte e intensa en sí misma, sin jamás perder algo de esta fuerza.

Y si ahora vosotros mismos os habéis convertido en puro amor, también debéis ser fuerza por necesidad, y esta fuerza entonces actúa como Yo y Conmigo de acuerdo a Mi voluntad, porque todo lo que es una emanación de la Deidad eterna no se puede agotar.... Sólo se requiere la voluntad firme del ser humano para absorber esta fuerza en sí mismo, es decir, para ser tan devotamente activo en el amor, que ahora la fuerza divina que es amor puro en sí mismo, se comunica al ser humano.... Y el ser humano debe ser aprovechada ampliamente esta fuerza.... solo debe amar siempre para que la fuerza espiritual, el amor divino, también aumente en él. Siempre debe anteponer el amor a todo pensar y actuar, entonces podrá enfrentar cualquier peligro que le amenace desde afuera, porque entonces tiene la fuerza en sí mismo para poder ordenar una paralización completa de todo lo que se emprende contra él por el lado sin amor.

El poder del enemigo será destrozado por el poder abrumador del amor.... El odio será vencido del amor, y el hombre se convierte en maestro de toda la materia solo a través del fuego del amor divino, que purifica el alma y, por lo tanto, la redime de la materia.... y todo se volverá libre a través del amor....

Amén

Traducido por Hans-Dieter Heise