Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/0345

0345 Bendiciones de la enfermedad y el sufrimiento

23 de marzo de 1938: Libro 8

Bendecido es todo aquel que lleva su carga con paciencia, que carga con su cruz, y que siempre está dispuesto a servirme. Dentro de poco alejaré de él toda aflicción. Cuidad vuestra salud, cuidad la salud del cuerpo y la del alma, porque sólo así podréis llevar en vosotros un espíritu sano. Para no perjudicar al espíritu, un sufrimiento físico exige que la criatura sea mansa. Aunque protestéis de vuestra suerte, nunca olvidéis que el sufrimiento siempre seguirá siendo uno de los mejores remedios para acabar con vuestras debilidades y defectos. Vosotros mismos sois a menudo la causa de vuestras enfermedades o de vuestros defectos físicos. Pero también las fuerzas de las tinieblas se sirven de ellos para que tropecéis en vuestro camino hacia las alturas. Por eso, si queréis que los sufrimientos acaben finalmente siéndoos útiles en algo, tened mucha paciencia y sed sumisos. El sufrimiento que marca al hombre con el sello de la devoción está bendecido por Mí. Así que no cometáis el error de rebelaros contra ellos, sino agradecedlos a vuestro Padre celestial porque el sufrimiento es un peldaño más de la escalera hacia Él. Y al igual que antes, la oración os aliviará en el momento oportuno. Porque el Padre nunca os cargará con una cruz demasiado pesada para vosotros. Él sabe muy bien qué es lo que os conviene. Por eso os lleva por caminos dolorosos para que os volváis perfectos. Que el Padre sea alabado eternamente.

Amén.

Traducido por Meinhard Füssel