Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/0343

0343 Peligro del amor propio.... Amor a Dios y al prójimo....

22 de marzo de 1938: Libro 8

En todo momento, Dios el Señor tiene preparado un consuelo para vosotros, que luego os manda en su totalidad cuando os dirigís a Él con toda confianza. Donde el Señor Mismo se encarga de cuidar a cada ser de esta manera, vais a experimentar Su gracia cada día.... Él dirige vuestros corazones con firmeza hacia el Eterno, si tan solo os esforzáis para lograrlo. Pero una pequeña cantidad de amor propio ya debilita la gran fuerza de la gracia que el Señor os transmite. Porque si solo uno pone su propio Yo al frente, difícilmente caminará por el camino correcto o detenerse. Porque el amor a Dios y al prójimo es el mandamiento supremo, que lo incluye todo.... ¿No tenéis que intentar cumplir este mandamiento primero?....

Pero entonces no podéis poneros en primer plano.... Todo lo que tenéis y sois os lo da Dios; y en la misma medida debéis reproducir a vuestros semejantes.... Debéis darles todo lo que también vale para vosotros antes de pensar en vosotros mismos, y así amar a vuestro prójimo como a vosotros mismos. Así vosotros participáis en la misma medina de la gracia divina que el Señor os asigna de tal medida como vosotros habéis asignado igualmente a vuestro prójimo. Probaos en este deber supremo, entonces la vida en la tierra os ofrecerá todavía cosas incomparablemente hermosas.... en que el camino al Padre se haga fácil para vosotros, siempre encontrándose en el círculo de luz del amor divino, podéis formaos por la eternidad....

Una breve oración pidiendo fuerza para toda acción correcta también hará que este mandamiento parezca fácil de cumplir, y en un animado intercambio de ideas con vuestros amigos espirituales, penetrarais cada vez más profundamente en el amor y la sabiduría de Dios, y aprenderéis a mirar todo en la tierra con ojos espirituales.... El mandamiento del amor os estimulará a una actividad extrema hasta el final de vuestra vida, y entonces no habréis andado inútilmente el camino el camino en la tierra, sino que vosotros mismos habéis ayudado a vuestra alma a desarrollarse. Lo que hicisteis a vuestro prójimo en amor ya os ha sido ampliamente recompensado en vosotros, si a través de esto habéis alcanzado un estado más perfecto y os habéis ganado la recompensa del cielo....

Amén

Traducido por Hans-Dieter Heise