Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/0333

0333 Recordatorio para obedecer la voz interior.... Piedra angular de la verdad....

15 de marzo de 1938: Libro 8

Reconoce la voluntad de Dios y sométete siempre a ella.... Y cuando la voz interior te advierte que consideres tu bienestar físico solo en segundo lugar, tienes que seguir esta voz y entregarte con mayor diligencia a preocuparte por la salvación de tu alma, porque solo el que trata de cumplir la voluntad de Dios permanece siempre en su gracia. Entonces se te ha dado el mandato de obrar ininterrumpidamente por la salvación de innumerables niños de la tierra....

Y en esta actividad te elevarás a ti mismo a la perfección y esta vocación tuya te promocionará en un aspecto espiritual y te traerá inconmensurables ventajas, pero también debes aceptar cada recordatorio que el Señor te envía, y luego seguirlos plena y concienzudamente, entonces se da la garantía de una actividad beneficiosa....

Ahora, sin embargo, preste atención a nuestras palabras y déjate guiar para mirar espiritualmente.... Porque dondequiera que busques la verdad, solo se te instruirá cuando te haya quedado completamente claro que tu espíritu debe alcanzar un cierto grado de madurez para ser honrado por el Señor, para penetrar en las áreas en las que el Señor Mismo quiere ser maestro de sus siervos en la tierra. Gran devoción.... gran humildad y modestia y una confianza fiel deben ser las piedras angulares sobre las que se pueda construir la sabiduría divina y una luz brillante de reconocimiento.... Para lograr eso, solo tienes que luchar y orar, porque cada holgura en la oración debilita tu espíritu y te hace tibio y flojo en tu búsqueda espiritual.

Por tanto, escucha una y otra vez la voz de tu corazón, que siempre te advertirá cuando esté en peligro de extraviarse, y que también te susurrará cuando tengas que rezar para pedir fuerza. Presta siempre atención a lo que el Señor te habla a través de la voz interior, entonces permanecerás en Su bendición y no te sentirás obligado a preocuparte.... porque con cada oración serás fortalecido con nuevas fuerzas....

Amén

Traducido por Hans-Dieter Heise