Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/0213

0213 Protección espiritual

3 de diciembre de 1937: Libro 5/6

Querida hija Mía, el Señor dispuso sabiamente que sus siervos estuviesen rodeados de una protección espiritual, porque sin esta protección estaríais perdidos. Continuamente te persiguen los poderes malvados y procuran apartarte del camino en el que estás andando. Hay una continua lucha por tu alma, pero el Padre te salva de todo peligro. ¡Ponle tu corazón a sus pies para que Él siempre te proteja!

Y cuando te alcance la Salvación de Dios.... cuando te sea concedido percibir la Palabra de Dios, todos los demonios tendrán que apartarse de ti porque el Señor bendecirá a los Suyos, y echará a los que quieran causarles daño.

Y ahora oye lo que te queremos comunicar: Es contrario a la Voluntad del Padre que desperdicies tu fuerza inútilmente.... y no vale para nada si procuras conseguir un contacto que te puede dar mucho menos de lo que se te está ofreciendo mediante las comunicaciones diarias que recibes. ¡Todos vosotros no podéis imaginaros la alegría que causa a los ángeles un hijo o una hija de buena voluntad! Pero si no hacéis caso a la Gracia, vosotros mismos os la habéis jugado y ya no seréis admitidos tan fácilmente porque la Voluntad del Señor os había elegido pero vosotros hicisteis caso omiso de sus palabras.

Y tú, hija Mía, si volvieras a empezar de nuevo, serías privado de mucho de lo que al principio te había indicado el buen camino.... Cada vez de nuevo el Señor os advierte para que seáis fieles, y os anima para que sigáis adelante llevados por su Amor.... Por eso ¡entregadle vuestro corazón y, voluntarios, sed devotos de Él!

Y que a tus amigos les sea dicho que únicamente aspirar continuamente hacia lo alto podrá volver a llevarlos al camino que han abandonado debido a la preocupación de que puedan sufrir daños....

Cuando vemos que es por vuestro bien, os hacemos sacrificios: Durante horas de comunicación laboriosa os ponemos en conocimiento de nuestras aspiraciones, procurando introduciros en el Reino de Dios - pero vosotros tenéis que corresponder voluntariamente y hacer caso de nuestros consejos y de nuestras advertencias.

No podemos enseñar a uno cuyo corazón mantiene una actitud negativa y que no se comunica con nosotros en lo más íntimo de su corazón para recibir nuestras enseñanzas.

Pero tanto más enseñanza -y con más insistencia- damos a los hijos de Dios que confían en nosotros y que siempre nos abren su corazón y su oído. Si el Padre os prepara semejante Gracia, ¡aceptadla con gratitud, y no permitáis nunca que os echen hacia atrás cuando cada paso os costó una gran lucha!

Continúa tu camino junto a Dios y mira hacia lo alto, ¡pero nunca retrocedas!

Amén.

Traducido por Meinhard Füssel